Evo contra la COB

COB Cuando la directiva saliente de la Central Obrera Boliviana (COB) firmó el acuerdo con el gobierno, dijimos que esto sería apenas una frágil tregua sindical que se rompería poco después. Los hechos parecen confirmar esa percepción, a juzgar por la progresiva reactivación de la inquietud obrera y de la renovada agresividad presidencial contra la central sindical.

Evo Morales ha vuelto al ataque, ahora para decir que la COB estaría “defendiendo intereses neoliberales” al pedir aumentos salariales, lo que denota que el mandatario no tiene idea de lo que es el neoliberalismo, término que más bien parece aplicar a cualquier disidencia que le moleste. Adicionalmente, el presidente dice que los sindicalistas se equivocan por pedir que se les paguen los días no trabajados, revelando que tampoco sabe lo que es el derecho de huelga.

Evo también fustigó a la COB diciendo que “no responde a intereses nacionales sino sectoriales” y que “ha perdido vigencia”, discurso probablemente inducido por el vicepresidente Álvaro García Linera, quien desde hace años viene minimizando en sus libros el rol político de la central obrera, a la que tal vez vea como una seria competencia para el bloque de movimientos sociales articulados en torno al poder cocalero.



La nueva clase burocrática que (des)gobierna Bolivia ha agotado su discurso, que suena hueco e inverosímil al aplicar el calificativo de “neoliberales” a los sindicatos. Un síntoma más del estado terminal en el que habría entrado el proyecto evista-linerista.

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