El debate obsoleto: capitalismo versus socialismo

Armando Méndez Morales*

ARMANDO_thumb El siglo XX fue el tiempo del debate práctico y teórico sobre los sistemas económicos de la modernidad. Durante el siglo XIX había hecho su aparición el pensamiento marxista con su hipótesis de que necesariamente venía un sistema económico diferente y superior al capitalismo como consecuencia del desarrollo de las “fuerzas productivas” lo que llevaría a la construcción de la sociedad comunista, “a cada cual según sus necesidades, de cada cual según su capacidad”.

La primera mitad del siglo XX fue mundialmente catastrófico y sangriento: dos guerras mundiales, dos revoluciones socialistas, la rusa y la china. Estos acontecimientos fueron esencialmente políticos con consecuencias económicas negativas. Más tarde aparecieron otras revoluciones socialistas en países africanos y Cuba en América Latina. Estos hechos anunciaban la construcción de un nuevo sistema alternativo al dominante capitalismo, que nunca se concretó. A un tercio de la humanidad la embarcaron en esta aventura.



El Premio Nobel de Economía Paul Samuelson conocido por su prestigioso libro sobre Economía, cuya primera edición corresponde al año 1948, y que en sus primeras ediciones se denominaba “Curso de Economía Moderna”, introdujo en la novena edición el pensamiento económico marxista. En general, los destacados economistas occidentales no le reconocían ningún mérito científico a Marx. Samuelson fue el primero pero para destacar sus erradas conclusiones. Esta actitud de Samuelson seguramente respondió al hecho de que, con muy poca información que se difundía, se suponía que se estaba creando otro sistema económico en el mundo soviético bajo la inspiración del pensamiento de Marx.

Samuelson empieza a escribir sobre teoría económica en los tiempos en que aparecieron los experimentos socialistas. La URSS con sus planes quinquenales daba señales de un rápido crecimiento económico que a la postre parecía que superaría a EE.UU. La Gran Depresión Económica de los años 30, significó el inicio de una destacada intervención del Estado sobre la economía a diferencia de lo acaecido en el siglo anterior. Todo esto sin duda alguna influyó en su pensamiento. Por esta razón él advierte que su libro no abarca el “sistema económico soviético”, dando a entender que pudiese existir. Aún más, denomina a las economías industrialmente desarrolladas “economías mixtas”.

La décima séptima edición de su libro intitula sólo “Economía” que es escrito en colaboración del economista Nordhaus, ya a principios del siglo XXI, donde incorpora todos los avances de la ciencia económica. En esta oportunidad modifica la calificación del sistema económico que prevalece en los países desarrollados y pasa a denominarlos correctamente “economías de mercado”, designando “economía autoritaria” a la que prevaleció en la ex URSS. Sin embargo, insiste con que no existen economías de mercado puras y que todas tienen elementos autoritarios, por lo que ratifica su conclusión de que el sistema económico prevaleciente en el mundo es mixto. En mi opinión este es una imprecisión, porque todo su libro es una excelente explicación de cómo funciona la economía de mercado.

Sin duda alguna, Samuelson influye en el mundo de la ciencia económica para que se crea que en la práctica y en la teoría, puedan haber, en el mundo moderno, tres sistemas económicos: de mercado, autoritaria y mixta.

Lo que es evidente es que en todo tiempo un actor importante en la actividad económica lo es el Estado por medio de la creación de dinero, de los impuestos y del gasto público. Y no es la excepción una economía de mercado. Por tanto, existe sólo un sistema económico en la modernidad que se denomina economía de mercado.

La actividad económica tiene por finalidad producir para satisfacer necesidades y deseos. La economía de mercado lo hace por medio del intercambio libre y voluntario e incentivado por el comportamiento de los precios, cuyo requisito fundamental es la propiedad privada de activos, bienes y servicios. El sistema económico alternativo, que Samuelson lo denomina “autoritario”, tiene la misma finalidad, pero por medio de la planificación a cargo del Estado, por lo que no se requiere que exista propiedad privada de los medios de producción. Estas dos visiones dieron lugar a la tercera vía, a la denominada economía mixta, donde se mantiene la propiedad privada y los mercados para la asignación de los recursos pero con intervención, regulación y promoción por parte del Estado.

Para llevar adelante la planificación de la asignación de recursos a cargo del Estado, al comienzo de la revolución bolchevique, en la ex URSS, se determinó la nacionalización de la industria, de la banca y de los ferrocarriles, el control sobre la agricultura, se prohibió el comercio y se eliminó el uso del dinero. El resultado: colapso económico. Ante esta situación el año 1921 se aplicó lo que se conoce como la Nueva Economía Política (NEP), que duró hasta el año 1928, por lo que se reintrodujo el uso del dinero, se mantuvo la propiedad privada en la pequeña industria y se eliminó la confiscación forzosa de la producción agrícola, con lo que se reactivó la economía.

Pero con la llegada de Stalin al poder, se abandona la NEP en 1928; se elimina por completo la propiedad privada en la industria y en el campo, por lo que se expropia la tierra a los denominados Kulaks. Se obliga asociarse a los campesinos pobres en granjas colectivas. Se formaliza recién la economía centralmente planificada y se introducen los planes quinquenales. Esto implica que el Estado se hace cargo de entregar factores productivos a las fábricas para que éstas produzcan lo que el Estado quiere y que estén indicados en los planes. Se reitera la prohibición del comercio privado. En verdad lo que surge es un capitalismo de Estado. No desaparecen las relaciones mercantiles, precios ni dinero. No se esfuma el intercambio de bienes y servicios, lo que desaparece es lo libre. Ahora el intercambio es obligatorio, no voluntario. Se termina el intercambio de bienes de capital, al eliminarse la propiedad privada de los mismos, y la libre producción.

La aparición de la denominada economía mixta se dio con la llegada del fascismo en Italia y del nazismo en Alemania. Ambos sistemas se declararon socialistas pero anticomunistas. En verdad fueron capitalismo de Estado, con la diferencia que se mantuvo la propiedad privada. Pero los grandes industriales tenían que negociar y acordar con el Estado lo que se debía hacer.

En el Japón y en los denominados Tigres del Asía; en América Latina del siglo pasado, también se puede calificar a sus sistemas económicos como economías mixtas. Con resultados exitosos en el crecimiento económico en los países asiáticos y fracasada en América Latina. La diferencia estuvo que los países asiáticos impulsaron un capitalismo del Estado que promoviera la conquista de los mercados externos para la exportación; en cambio, en América Latina el capitalismo de Estado fue para sustituir importaciones.

Pero la caída del muro de Berlín, el año 1989, y tiempo después el desplome de todo el bloque soviético, demostró que había sido una falacia la economía planificada. El capitalismo de Estado que se había impulsado era ineficiente. El intercambio informal se había generalizado, la “planificación” económica era una entrega negociada y corrupta de recursos económicos desde el Estado hacia quienes tenían más poder, nada más. La fijación de precios era una irracionalidad completa. La ineficiencia era total, se generalizó el impudente dicho: “el gobierno nos hace creer que nos paga, nosotros le hacemos creer que trabajamos”. Se habían amansado grandes fortunas personales corruptamente.

Al caerse el supuesto sistema económico planificado también inexorablemente se cae la supuesta economía mixta, porque desaparece el supuesto pilar que la alimentaba con algunos planteamientos. Queda como único y absoluto paradigma universal la economía de mercado que había sido el sistema económico de la modernidad, cuya característica esencial es el intercambio económico libre y voluntario de activos, bienes y servicios, la relación social por excelencia, para la satisfacción de necesidades y deseos, por medio de incentivos dado por el comportamiento de precios.

¿Si la conclusión es que sólo hay un sistema económico que es la economía de mercado o capitalismo, donde puede haber diferencias? Está en la intervención del Estado en la economía y que da lugar a tres formas de economía de mercado: la libre, que se caracteriza por poca intervención del Estado; medio libre, que se caracteriza por intervención estatal media y poco libre, cuyo distintivo es una alta intervención estatal. Un ejemplo concreto del primer caso es Hong Kong, del segundo es China y del tercero es Venezuela.

*Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas