En Alemania, el Papa condenó los abusos y llamó a combatirlos

«No he venido aquí para obtener objetivos políticos o económicos, como hacen legítimamente otros hombres de Estado, sino para encontrar la gente y hablarles de Dios».

Benedicto XVI llegó esta mañana a esta capital y habló asi al ser recibido por el presidente alemán, Christian Wulff, un católico divorciado vuelto a casar, en el espléndido castillo de Bellevue

En su primera visita de Estado a Alemania, su patria, el Papa fue recibido con todos los honores en el aeropuerto de esta capital, donde también lo esperaba la canciller Angela Merkel, hija de un pastor luterano y protestante como el 30% de los 82 millones de alemanes (también hay un 30% de católicos, un 35% de no creyentes, un 4% de musulmanes y una pequeña comunidad judía).



Se trata de la tercera visita de Benedicto XVI a Alemania, hoy tercera potencia económica mundial, donde ya había estado en 2005 para la jornada Mundial de la Juventud, en Colonia, y en septiembre de 2006, cuando estuvo en la católica Baviera, de donde es oriundo Jospeh Ratzinger, y pronunció el famoso discurso de Ratisbona, que ofendió a los musulmanes

En el 21 viaje de su pontificado, el momento principal de la primera jornada de su viaje de tres días y 12 horas en Alemania será esta tarde en el Bundestag, el Parlamento federal, donde el Pontífice fue invitado a pronunciar un discurso en calidad de jefe de Estado. Lo cierto es que, fiel reflejo de las discrepancias en cuanto a esta invitación, en ese momento un centenar de diputados de partidos de izquierda y verdes, bicoterán al Papa y se retirarán del recinto. Estos mismos legisladores participarán en cambio, de una multitudinaria manifestación de protesta en las calles de esta metrópolis, considerada por algunos la «capital del ateismo», convocada por unas 40 organizaciones, que incluyen grupos de gay y lesbianas.

Durante el vuelo que lo trajo hasta esta capital, que luce indiferente ante la visita del compatriota ilustre, al responder algunas preguntas de los periodistas Benedicto XVI dijo que no estaba preocupado por las protestas en su contra. «Es normal en una sociedad libre y marcada por una fuerte secularización, soy conciente y no tengo nada que objetar siempre y cuando se desarrolle en forma civilizada. Por otra parte, junto a la oposición, que es natural esperar, también hay mucha gente que me espera con alegría, que espera una fiesta de fe», dijo el Papa. «Por eso viajo muy contento a mi Alemania, feliz de llevar el mensaje de Cristo a mi tierra».

El Papa también habló de la crisis profunda que padece la Iglesia católica en este país, donde se estima que hay 24 millones de católicos, pero que en los últimos años sufrió una sangría de fieles también debido al escándalo de abusos de niños por parte del clero. «Puedo entender que, ante crímenes como los abusos de menores cometidos por sacerdotes, si las víctimas son personas cercanas una diga ‘esta no es mi iglesia, la iglesia es una fuerza de humanización y moralización y si ellos mismos hacen lo contrario yo no puedo más pertenecer a esta Iglesia», reconoció el Santo Padre, que más de una vez pidió perdón por este escándalo y que probablemente se reunirá con víctimas durante su visita. Aunque el Papa también subrayó que el alejamiento defieles se debe a «múltiples razones»y tiene lugar en un contexto de secularización de nuestra sociedad».

Luego de su esperado discurso en el Bundestag, en una primera jornada masacrante para una persona de 84 años, Benedicto XVI celebrará una misa en el estadio Olímpico de esta capital -donde Italia ganó el mundial en 2006-, ante unos 70.000 fieles.

Fuente: www.lanacion.com.ar