Evo fracasa en gobernabilidad

Seis años después de haber llegado al poder ufanándose de ser “la única garantía para la gobernabilidad social de Bolivia”, el binomio Evo Morales-Álvaro García Linera ha fracasado de manera rotunda en este campo, como lo demuestra un reciente análisis estadístico.Un informe del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) constata que la conflictividad en el año 2011 llegó al récord de 884 nuevos eventos, superando la marca histórica del gobierno del general Torrez (año 1970).Lo mismo sucede si se ve el fenómeno mensualmente, con un promedio de 54,2 conflictos durante la administración de Morales, contra los 51,8 de Carlos Mesa y los 53,2 de Siles Suazo (UDP).La conflictividad diaria arroja un nuevo record, con 2,4 eventos por cada jornada.Un dato de interés: el promedio mensual durante el primer periodo de Morales fue de 47 conflictos, ascendiendo a 71 en su segunda gestión.Una posible lectura de esto es que durante el primer gobierno primó una conflictividad más o menos controlada o inducida desde el poder, centrada en el enfrentamiento contra opositores regionales y enmarcada en la polarización oriente-occidente, en un diseño funcional a la estrategia de copamiento institucional del evismo.Mientras que la conflictividad intensificada del segundo periodo obedecería más bien a las crecientes fracturas en las ex bases sociales del MAS, que han dejado de operar como simples correas de transmisión recuperando autonomía.Algunas de las conclusiones del CERES son que “aumentan los riesgos de violencia”, “la gente empieza a cansarse de las marchas y los bloqueos”, “las fuerzas del orden son fácilmente rebasadas”, “se limita la capacidad de gestión pues las decisiones administrativas y políticas no pueden ser ejecutadas, lo que a su vez retroalimenta una conflictividad que es alentada por la protesta frente a promesas incumplidas”, “aumentan los costos de las actividades económicas y se desalientan nuevas inversiones, lo que a su vez puede afectar el crecimiento de la economía y la generación de empleo, alentando nuevas protestas”.Todo apunta a que el simple autoritarismo no pacifica al país. Hace falta una gestión de prevención de conflictos para la cual la administración evista no parece estar preparada…[email protected]