Consulta post a indígenas y cocaleros del Tipnis

Daniel A. Pasquier Rivero

En las puertas del paraíso que es el TIPNIS, se ha llevado a cabo la reunión de los corregidores. Gundonovia acogió a la mayoría que pudo llegar hasta allí, a pesar de las dificultades creadas por el gobierno para su desplazamiento desde sus lugares de origen; decidieron decir sí al proyecto de carretera que una dos departamentos hermanos, pero que se busque la alternativa que no rompa el corazón del parque nacional y favorezca a los pueblos indígenas, asentados a orillas de los ríos Isiboro y Sécure, justamente por donde no pasa la diseñada por OAS/ABC. El gobierno, incomprensiblemente, está en torcer esa decisión de los indígenas, por las buenas o por las malas.

Lo había expresado Rafael Quispe, entre reclamo y desilusión, de la CONAMAQ, “Hemos pensado que las épocas de las dictadura de la Colonia ya han pasado”. Duro despertar, después de haber llevado a la presidencia a un mestizo, con discurso indigenista. Ahora, es la Bolivia mestiza, que constituye la mayoría, la que siente, comparte y comprende la razón del centenario reclamo de inclusión. El Preámbulo de la CPE, una de sus mejores partes, recoge con toques poéticos el origen y la composición del pueblo boliviano, “Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas”.



La realidad dicta otra cosa. El gobierno desconoce la Ley Corta sobre la intangibilidad del TIPNIS con la aprobación de la Ley 222. La primera recogía la voluntad de los pueblos indígenas, consulta “previa e informada es propia para los pueblos indígenas originarios que están representados por la CIDOB y el CONOMAQ”. Evo dijo no y el gobierno se moviliza con esa directriz. La respuesta es la IX Marcha, para el 20 de abril. Suena irreal, pero es así; el gobierno, rememorando escenas clásicas del siglo XVI se acerca a los pobladores de Amerindia con espejitos, a cambio de oro y sometimiento: tropas militares, tres barcos de la Naval, ¿La Niña, La Pinta y Santa María?, dispuestos a repartir desde células de identidad hasta motores fuera de borda. ¿Todo estaba planeado? Levanta sospecha la coincidencia en el tiempo; seis años y ni una visita, para ahora traer abalorios y la denuncia, por supuesto, de que la miseria en que se encuentran se debe a la negligencia del “gobernador suspendido” en Trinidad.

Sobre la dirigencia indígena, irregularidades en el manejo de recursos de cooperación y del Estado; suena a persecución. Como en aquellas épocas, ahorcados o tirados al mar, también sin juicio. La condena es pública, utilizando los medios, sin la formalidad de pasar por el Ministerio Público. No es la prensa, es el “todopoderoso” ministro que desenfunda papeles, cifras y nombres con maestría; no deja dudas sobre la culpabilidad de los denunciados. El período de investigación cumplirá oportunamente el cronograma del fatídico 20/4 o de la marcha. ¿Volverán, subiendo aguas, hasta la profundidad de la selva a hacer las debidas notificaciones? ¿Se les facilitarán los medios para trasladarse a su defensa, seguramente fuera de jurisdicción? ¿O se ejecutará todo durante la marcha, para sembrar miedo e intentar desarmar la confianza de los indígenas?

El país entero con los ojos fijos: lo que se haga con ellos, se hará con todos. Parques, reservas, santuarios de biodiversidad, el mismo proceso. Los pueblos yuracaré, mojeño, chimán, mosetén, representan a todos: del Choré queda poco, el Amboró invadido, el Madidi con concesiones petroleras, el Noel Kempff abandonado, a orillas del Pilcomayo (seco y contaminado) deambulan los weenhayek sin encontrar alimento para sus hijos. El llanto no tiene eco en las alturas. Al Evo desarrollista-extractivista no parece interesarle más su imagen interna ni internacional.

Los millones de afuera miran al TIPNIS y lo expresan por los medios más importantes. Evo no viaja tranquilo, lo comprobó en las calles de Viena. Lo que pasa en Bolivia es compartido. Como lo que está haciendo el gobierno. La OIT condena a Brasil por violar el Convenio 169, por no realizar la consulta previa, “antes de la construcción de cualquier proyecto que afecte a poblaciones indígenas”, caso la hidroeléctrica de Belo Monte, generadora de 11.200 MW; el gobierno reconoció que “tiene errores”, habrá que esperar las consecuencias: ya multó a la empresa por el atraso en la implementación de las medidas de compensación ambiental. A esto se suma la interpelación ya realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

¿El MAS acorralado? El MSM formalizó la entrega de documentación ante la Embajada de Brasil denunciando a OAS, “una empresa brasileña de dudosa actuación”, que ha recibido “pagos en 2009, sin que haya contrato”, “el gobierno aprueba el financiamiento el 7 de abril de 2010, siete meses después de que le paga”. ¿Qué hay detrás de este proyecto? “Lula” da Silva vino en persona a respaldar a Evo. ¿La angurria por más tierras de los supercapitalistas cocaleros?, tienen plata y la tierra es buen negocio. ¿Más coca, la demanda es creciente y una hectárea da 2.000 USD/año y cuatro a seis cosechas? ¿Serán las concesiones a Petrobras, PDVSA o, posible, ricos yacimientos de oro, debajo quizás uranio? No hay gas para Mutún, ni para cumplirle a Argentina; ¿venderle a Chile?

El pueblo pide a gritos, indígenas y mestizos, que se respeten los derechos reflejados en la CPE; que se cumplan las promesas, que se administren con transparencia los recursos disponibles de la explotación de gas y minería; que se invierta con visión de futuro, industrialización, cadenas productivas, seguridad jurídica para promover inversiones nacionales y externas; seguridad jurídica para los ciudadanos en el campo y las ciudades. En definitiva, más allá de las conjeturas, lo que el TIPNIS ha puesto en el tapete es la necesidad de restituir el Estado de Derecho en el Estado Plurinacional.