Cumbre de las Américas. El debate sobre la legalización de las drogas depende de EEUU

Fuentes diplomáticas de Washington consideran que la propuesta centroamericana para abrir un debate sobre una eventual legalización de la producción y distribución de las drogas tendrá un tibio eco en la Cumbre de las Américas, pero que de todos modos será “una papa caliente” para los mandatarios de la región.

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Logo oficial de la VI Cumbre de las Américas (Foto: Summit-americas.org

    Por FRANCISCO ROQUE BACARREZA, Corresponsal de ANF

    Washington, 17 Mar. (ANF).- La propuesta centroamericana de iniciar un debate regional orientado a una eventual legalización de la producción y comercialización de las drogas actualmente prohibidas, dependerá de la voluntad política de Estados Unidos, Brasil y el respaldo de las naciones andinas.

    Fuentes diplomáticas consultadas por ANF dijeron que es poco probable que en la próxima Cumbre de las Américas, a celebrase entre el 9 y 15 de abril en Cartagena de Indias, la propuesta presidencial centroamericana prospere, “a menos que Washington la respalde” y tenga el apoyo de países de influencia regional como Brasil.

    Los presidentes de Guatemala, Otto Pérez, y El Salvador, Mauricio Funes, apoyados por la mandataria costarricense, Laura Chinchilla, y la expresa simpatía de Juan Manuel Santos, de Colombia y de la canciller mexicana, Patricia Espinoza, han propuesto iniciar “un debate serio y riguroso” para la despenalización de la drogas ilícitas.

    Según la previsión diplomática, poco optimista sobre el asunto, “es posible” que la propuesta centroamericana ingrese en el capítulo de seguridad ciudadana y lucha contra la delincuencia internacional, uno de cuatro principales temas de la agenda.

    En los pasados 40 años la política antidrogas de Estados Unidos se centró en la lucha policial y militar contra el narcotráfico cuyos resultados son criticados por la falta efectividad y han sido calificados como “un fracaso” debido al aumento del tráfico y consumo, ligado a la escalada de violencia y corrupción.

    Las fuentes diplomáticas consultadas prevén que en un año electoral la administración estadounidense no se embarcará en un proyecto regional complicado, aunque se observa cierto cambio en el tono guerrerista de Washington.

    Barack Obama, por primera vez, ha aceptado que la tragedia de la drogadicción tiene raíces sociales y la ayuda antidrogas a los países productores y de tránsito se ha recortado en un 13 por ciento en el presupuesto federal para 2013.

    Sin embargo, la tendencia regulacionista ya tiene base en Estados Unidos donde 13 estados ya tienen aprobado el consumo de marihuana con fines medicinales y California podría legalizarla en las elecciones generales de noviembre próximo.

    El influyente columnista, John Stossel, se hace eco de las miles de voces internas y externas y asegura que “la prohibición no funciona” y sugiere seguir el ejemplo de Portugal, donde el comercio de drogas declaradas ilegales está reglamentada y no ha causado daños traumáticos como temen los contrarios a la despenalización.

    Holanda es otra nación europea que tiene desde hace años normas para el comercio de drogas prohibidas.

    En la reciente reunión de la Comisión Global Sobre Políticas de Drogas, en la que participaron personalidades como los expresidentes César Gaviria (Colombia) y Fernando Enrique Cardozo (Brasil), se expresó la dramática interrogante: ¿vamos a seguir poniendo nosotros tantos muertos porque ellos no sean capaces de discutir el problema”.

    La ¨narcoguerra”, protagonizadas por sanguinarias mafias como las mexicanas, ha ocasionado en los últimos seis años alrededor de 60.000 muertos en México y Centroamérica.

    Antonio María Costa, director antidrogas de Naciones Unidas, afirmó en un informe que “la mafia se ha globalizado y convertido en uno de los mayores poderes del mundo” con ganancias estimadas en 72.000 millones de dólares anuales.

    El consumo de opiáceos aumentó en un 35 por ciento entre 1998 y 2008 en los países con alta demanda, con unos 17,3 millones de dependientes, mientras que el de la cocaína creció en ese mismo periodo un 27 por ciento con 17 millones de consumidores, de los cuales seis millones están en Estados Unidos, mientras que la marihuana experimentó un alza de ocho por ciento con 160 millones de consumidores.

    En Estados Unidos existen influyentes voces a favor de la despenalización como el reconocido economista Milton Friedman que calcula que la despenalización podría “crear desbocamiento” pero tendería a estabilizase como ocurrió con el alcohol después de la prohibición de los años treinta.

    Las fuentes consultadas por ANF en Washington prevén que a pesar tibio eco al clamor centroamericano, la propuesta de Pérez y Funes será de todos modos “una papa caliente” en la Cumbre de las Américas.