Narcos desafían al Estado

Humberto Vacaflor Ganam

humberto-vacaflor3 Narcotraficantes mexicanos que se hacen llamar “Los caballeros templarios” han logrado que los comerciantes rebajen el precio de la carne y de las tortillas en Michoacán, mientras los dos grandes cárteles del país estarían proponiendo participar en el gobierno o crear gobiernos paralelos.

Con una ortografía propia de narcotraficantes, los Templarios lanzaron mensajes a la población a tres meses de las elecciones generales de México: "Los Caballeros Templarios invitamos a la población a mantener unidad y la paz, invitando a los Michoacanos a conocer de cerca a nuestros líderes y sus integrantes. Juntos lograremos la defensa y restricta (sic) de nuestros derechos constitucionales y juntos hagamos un Michoacán un estado prospero. Juntos hasta la victoria", se pudo leer en el Blog del Narco.



Por otro lado, los investigadores norteamericanos George Grayson y Samuel Logan, que lanzarán en estos días el libro “El verdugo de hombres”, sostienen que las organizaciones del narcotráfico mexicano no quieren que el Estado se desplome ni se produzcan sobresaltos, porque quieren seguir ocupándose del trasiego de droga a Estados Unidos.

Plácido Torres, procurador de Miachoacán, informó de la campaña de publicidad de los Templarios en las ciudades de Zitácuaro, Lázaro Cárdenas, Uruapan y Apatzingán, donde se produjo la rebaja de los precios de parte de comerciantes persuadidos con los métodos de la mafia.

El control territorial de las mafias del narcotráfico comprende en México a Tierra Caliente y el Triángulo Dorado (conformado por Chihuahua, Sinaloa y Durango), Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, así como Ciudad Juárez, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, según los autores del mencionado libro.

Lo que ocurre en México es que el poder económico del narcotráfico no ha penetrado, de manera institucional y formal, las estructuras políticas. Pero ese poder está mostrándose muy imaginativo en otros países, donde ha logrado infiltrarse en el sistema institucional.

A la mafia no le interesa que el Estado mexicano colapse. El derrumbe del Estado mexicano podría acarrear dificultades con el sistema internacional, conformado por Estados constituidos.

El poder narco de México se muestra como el más expresivo de todos los que existen en nuestra región. Hace propuestas antes de las elecciones, mostrando que quiere jugar a la política.

En otros países, como lo sabemos los bolivianos, el poder económico del narcotráfico ha logrado que sus aportes sean incorporados en las cuentas oficiales, en forma de “donaciones”. Una gran incógnita es el destino político que se da a los ingentes montos que se tranzan en el río Orinoco, donde se concentra gran parte de la cocaína que sale de Sudamérica hacia Europa, con cargas cuyos precios FOB se calculan en 180.000 millones de dólares por año.

Las mafias tienen diferentes métodos para infiltrarse en la política. En Afganistán surgió un partido político financiado por el opio, pero los valores religiosos hicieron que la población lo rechazara.

En Bolivia, el narcotráfico controla cada vez más grandes territorios, como el Chapare, los parques Choré, Madidi y Carrasco, mientras penetra las organizaciones sindicales vinculadas con el cultivo de la coca.

Pero las mafias de la droga están atreviéndose a jugar a la política formal. El empeño tiene tanto impulso como la campaña por la legalización de las drogas y la despenalización de sus materias primas.