Líderes, otra faceta de los hombres y las mujeres del Tipnis

Vidas. Suspendieron su rutina diaria para marchar. Además de los estudios universitarios, llenan su tiempo cazando, cantando, rezando o practicando deportes. Así lo cuentan. Idean tres candados contra la consulta.

imageEducación. Jóvenes bailan en el colegio de Santísima. Ahora pueden salir bachilleres en su comunidad del Tipnis.

El Deber



El mundo ya los conoce caminando. Ampollados, hambrientos, gasificados y con un solo grito: Tipnis. Así es la escena frecuente que los hizo más visibles que nunca. Pero más allá de su reivindicación, estos hombres y mujeres tienen su propia vida, de esfuerzo, tradiciones y logros personales.

En las pequeñas comunidades ser bachiller es un sueño que, en muchos casos, queda trunco, sobre todo para las mujeres que difícilmente llegan a tener permiso de la familia para salir a las ciudades donde hay secundaria, confiesa Judyth Rivero, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia.

Ella es de una familia chimán de San Ignacio del Maniqui (Beni). “A la orilla del río era mi vida junto a mis abuelos”, recuerda Judyth. En niña estudió hasta quinto y solo llegó a intermedio a través del programa radial ‘El maestro en casa’, pero siempre estuvo involucrada en actividades de liderazgo. Su madre, la partera de la comunidad, le inspiró ese carácter. Con el paso de los años se casó y se fue a vivir a Moxos, allí tuvo dos hijos, salió bachiller de un Cema y el Gran Consejo Chimán avaló sus estudios en la universidad, donde se graduó como licenciada en Ciencias de la Educación con mención en Sicopedagogía. Así como Judyth, hay otros líderes indígenas con toda una historia de talentos y costumbres que desvelaron a EL DEBER, en medio de una pausa en sus movilizaciones.

«Dejo todo y agarro   mi flecha»

Edwin Miro / Presidente de la Central de Pueblos indígenas de La Paz

Es mosetén, nació en la comunidad Asunción del Quiquivey. No pudo salir bachiller porque cuando estaba a punto de hacerlo falleció su padre. Sin embargo, a sus 20 años decidió iniciar su actividad de liderazgo en la comunidad. Hizo cursos de gestión financiera y contabilidad. También fue profesor.

Su esposa es tacana, con quien tienes tres hijos. Con ellos disfruta volver a la tierra de sus abuelos. “No todos tienen ese privilegio de estar en la ciudad con una computadora y un celular, para luego volver a agarrar una flecha para cazar como la que tengo”, dice. Edwin cuenta que para adentrarse en la selva hay que conocerla y tener respeto a la naturaleza, porque todo tiene dueño. Por ejemplo, explica, el dueño de los animales es Shoyó y antes de cazar hay que pedirle permiso, antes incluso se hacían rituales. “Hay cazadores que van todos los días, entonces el dueño de los animales se enoja y por eso hay gente que se pierde o se ahoga”, asegura.

image«Canto y ya grabé CD»

Nazareth Flores / Presidenta Central Pueblos Indígenas de Beni

Es parte de la etnia Itonama, de la provincia Iténez en Beni. Salió bachiller y recibió formación como técnica jurídica en Derecho, a través de un programa de la Universidad Gabriel René Moreno, donde irónicamente, como ella dice, uno de sus maestros fue Carlos Romero, actual ministro de Gobierno. “Nos enseñó a pelear por nuestros territorios y derechos y hoy es nuestro verdugo”, lamenta y se le entrecorta la voz al recordar que los golpes recibidos en la represión de la octava marcha le provocaron un aborto. Iba a tener su primer hijo.

Es técnica en computación, secretaria comercial, técnico medio en repostería y belleza. Pero sobre todo le gusta el canto. Integra el conjunto Bamboleo junto a su hermano. “Tengo dos CD grabados, uno de música regional y otro con merengue, boleros… Tengo que volver a La Paz, porque Mujeres Creando me auspiciará un CD con el tema Coraje con Luis Rico. Se lo quiere presentar el próximo 25 de septiembre con un video”, revela. 

«Organizo campeonatos de fútbol»

Emilio Nosa / Presidente de la Subcentral del sécure

Nació en Puerto Totora del río Sécure, una comunidad de 22 familias. Allí estudió hasta el octavo curso y siendo mayor trabajó como profesor de básico. A sus 20 años inició su labor de líder siendo secretario de actas comunal y miembro del cabildo orgánico. También fue corregidor durante dos años y hoy preside la subcentral. Emilio es amante del fútbol, se declara “goleador” y no pierde la oportunidad de organizar campeonatos. “Empezamos a visitar a las comunidades en su aniversario y formamos equipos para entusiasmarnos”, cuenta. Junto a su esposa también se dedica a la agricultura. Siembra arroz, yuca, plátano, chocolate y naranja. Cree en Dios y cultiva una vida religiosa junto a su familia, porque considera que eso le da humildad. “Los pueblos indígenas somos humildes, eso viene del ejemplo de nuestros antepasados, nunca faltan las alabanzas a Dios en nuestra cultura, tradiciones y fiestas”, relata.

Idean tres candados contra la consulta

TIPNIS. El proceso para decidir si se debe construir la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos debe comenzar el 29 de julio. El protocolo no está consensuado con todos.

El Deber

Se dice fácil, pero cumplirlo será difícil. “Cuando uno está en su casa, por lo que sabemos los que apenas hemos aprendido a leer y escribir, al ocioso, al atrevido y al avasallador se le tiene que decir que se retire”, promete Adolfo Chávez, presidente de una de las dos confederaciones de Pueblos Indígenas de Bolivia que hoy existen.

Tiene el cabello crecido, los ojos hundidos de cansancio y un gesto de resignación de una persona a la que el mundo ha golpeado mucho. Ahora se prepara para resistir dentro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis); pero a una semana de comenzar la consulta para saber si una carretera puede partir en dos el parque, su nueva empresa parece una utopía.

Los indígenas que aún no se han pasado a la vereda del Gobierno tienen un plan, poco tiempo, nada de plata y un territorio tan grande como 30 ciudades del área de Santa Cruz de la Sierra para cubrir. Quieren ‘cerrar’ el Tipnis con tres candados, asegurar las puertas de ingreso agrupándose en Gundonovia (norte), Santísima Trinidad (sur) y en Oromomo (centro). Así creen que podrán detener la consulta que debe iniciarse el 29 de julio y que el Gobierno no parece dispuesto a atrasar ni posponer, pese a que el Tribunal Constitucional ha aclarado que el proceso no puede comenzar si no se ponen de acuerdo las instituciones al interior del territorio.

Ahí comienza el primer problema: ¿qué es ponerse de acuerdo? Fernando Vargas, presidente de la subcentral Tipnis, advierte que nadie puede ser obligado a ser consultado y, en efecto, el protocolo de consulta así lo establece. Pero el documento, que no fue consensuado con los indígenas contrarios a la carretera, también establece que los que no quieren consulta tampoco pueden obstaculizar la consulta.

Ahí viene el otro problema, ¿quiénes deben ponerse de acuerdo? Así como hay dos Cidob, hay dos subcentrales Sécure y casi 90 corregidores para 64 comunidades. La excesiva representación se debe a los paralelismos. Cuando Emilio Nosa salió de su comunidad para participar de la marcha, apareció otro presidente de la subcentral Sécure, Carlos Fabricano. El Gobierno asegura que tiene 45 de los 64 corregidores a su favor, pero los contrarios a la carretera dicen que en el encuentro celebrado a principios de mes en La Paz solo participaron 18, que el resto son cocaleros. Sin un organismo imparcial que cuente, la duplicidad reinará. El tercero en discordia es el Consejo Regional del Sur (Conisur). Para los indígenas, esta subcentral ya no debe participar, porque se han convertido en sindicatos cocaleros. Para el Gobierno, la ocupación no les quita su condición de indígenas.

Según la copia del protocolo de consulta a la que tuvieron acceso los medios de comunicación, la consulta debe derivar en consensos y no establece cuánto se necesita para declararla aprobada. Podría resumirse en qué es lo que el Gobierno permite hacer en cada comunidad (turismo, explotación de saurios, extracción de madera, etc). y qué más ofrece a cambio del paso del camino.

“No vamos a dejar entrar a la comisión del Gobierno”, dice Simón Nosa, corregidor de Gundonovia. “Los vamos a hacer que se vuelvan a remo”, promete Benigno Nosa, corregidor de Nueva Galilea. “No queremos esta consulta. Mucho ya nos ha pisoteado nuestro Gobierno”, añade Antonio Vargas, autoridad de Paraíso. “Al Gobierno le quedan dos caminos, retroceder o meter militares. Y si mete militares lo sabrá todo el país”, dice Fernando Vargas, que cada día demuestra más estrés.

Pero para que estas promesas se cumplan, primero hay que organizarse y para ello necesitan reunirse. La prioridad de los indígenas que participaron en la novena marcha es hacer un encuentro de corregidores. Sin embargo, se necesitan unos $us 20.000 para realizarlo, recursos que no tienen.

Cuando toda la movilización adquiere un dejo de ‘guerra perdida’, Vargas reacciona y dice que han ganado batallas, pese a que no fueron recibidos por el Gobierno en La Paz. Para él es un logro que la marcha hubiera salido pese a los acuerdos firmados por las regionales con el Gobierno. Otro es que las bases de esas regionales hubieran marchado. Uno más es que la columna lograra pasar los conflictos en Moxos y de Caranavi, pero tal vez el más significativo sea que el Gobierno tuvo que anular el contrato de construcción de la vía por el Tipnis para tratar de frenar la marcha y hacer viable la consulta.

Vargas repite como un mantra que el Tipnis es el pulmón de Bolivia, que le pertenece al mundo, que todos los bolivianos deben defenderlo, pero en los últimos días se han visto de verdad solos. Los únicos que le han prometido apoyo son sus hermanos indígenas. Los guarayos y los pueblos indígenas del norte de La Paz aseguran que trasladarán gente al Tipnis. También participarán algunos guaraníes, moxeños ignacianos y los afiliados a la Cpib. Incluso eso no alcanza para se optimistas. Los tres candados con los que intentarán asegurar su territorio pueden detener el ingreso por agua a las comunidades, pero las pistas convierten al Isiboro Sécure en una coladera. El Gobierno entrará y la consulta será realizada. Los indígenas que defienden el Tipnis tendrán que hacerlo comunidad por comunidad. “Si entran, pasará lo que tenga que pasar. Nos defenderemos con uñas y dientes”, augura, con gesto fiero, Benigno Nosa.

Son ‘moxeños trinitarios y collas’ por un colegio

Santísima Trinidad es un símbolo para los indígenas del Tipnis. Está en el medio del polígono siete, rodeada de sindicatos de colonizadores y cocaleros, pero pese a ello aún es parte de la subcentral Tipnis. En el protocolo de consulta, se define al grupo étnico dominante que habita Santísima como “moxeño trinitario y colla”, lo que provoca risas en Leonor Saavedra.

Ella es una de las seis personas de Santísima que participaron de la novena marcha y explica que los colonos, los ‘collas’, comenzaron a formar parte de la comunidad desde hace unos años, cuando en Santísima pedían la instalación de un colegio con ciclo secundario para poder graduar bachilleres. El trato fue que los colonos gestionaban los ítems necesarios, a cambio de integrarse a la comunidad y de meter a sus hijos a la misma escuela.

Julia Molina, presidenta de la subcentral de mujeres del Tipnis, recuerda que los colonos comenzaron a llegar en 1983. Cuando comenzó el proceso de saneamiento, ellos pidieron que los desalojaran, pero el INRA legalizó su posesión porque llevaban más de cinco años en la zona. Al tener títulos individuales de su parcela, Julia considera que no tienen nada que opinar sobre el Tipnis, ya que no son dueños del territorio.

Julio Yuco confiesa que la comunidad está dividida, que muchos indígenas se han vuelto cocaleros y que se han afiliado al sindicato para tener derecho al cato de coca. Cree que cuando llegue la consulta va a haber pelea. “Nosotros nos defendemos como podamos, pero como ellos son más, lo más probable es que nos humillen”, admite Yuco. 

Los consultados

Sub. Sécure

La Asunta

Hushwe

Palmar

Oromomo

Areruta

San Juan de la Curva

Santa Ana

Santo Domingo

San José

Puerto Totora

La Capital

Santa Rosa

Nueva Natividad

Cachuela

Villa Hermosa

3 de Mayo

Puerto San Lorenzo

Sub. Tipnis

Nueva Lacea

Coquinal

Villa Fátima

San Bernardo

San Vicente

San Bartolomé del Chiripopo

Santa Lucía

Galilea

Paraíso

Santa María

Gundonovia

Nueva Vida

San Pablo

Loma Alta

Santa Clara

El Carmen del Isiboro

Villa Nueva

Altagracia

Limoncito

Las Pampitas

Nueva Esperanza

Tinidadcito

Dulce Nombre

San Antonio de Imose

Providencia

Santiago de Ichoa

Monte Cristo

Concepción

San Ramoncito

San Lorenzo

Santa Rosa

San Miguelito

Conisur

Santa Rosa.

Sanandita

San Benito

Villa San Juan de Dios

Santa Rosita

Mercedes de Lojojota

Buen Pastor

El Carmen NE

Fátima de Moleto

San Antonio

San José de la Angosta

Santísima Trinidad

Santa Rosita del Ichoa

3 de Mayo

Sacejsamma

Limo del Isiboro

San Juan del Isiboro

Santa Teresa

El protocolo    

– Objetivos. Definir si el Tipnis debe ser zona intangible para viabilizar su desarrollo y la construcción de la carretera. Establecer medidas de protección que den lugar al desalojo de asentamientos ilegales.

– Sujetos de consulta. Las 66 comunidades, sus autoridades, las tres subcentrales y los comités comunales. 

– Metodología. Se debe coordinar el protocolo con las tres subcentrales. No se lo ha hecho. El Gobierno se puso plazo hasta el 28 de julio, un día antes del inicio de la consulta.

– Resolución. El protocolo establece que deben formarse consensos en la consulta. No es una votación ni se establecen umbrales.