Coca y MAS coca

Franklin Alcaraz*

ALCARAZ La Convención de 1961 (que no se firmó en Viena, sino en Nueva York, señores periodistas nacionales e internacionales) permitía el uso cultural de la coca, pero le dio un límite (25 años), lapso en el cual debía “erradicarse”. La Convención de 1988, no importa gracias a quién, para que no digan que la nota es política, reconoció el uso cultural y ya no le puso plazos. Es por eso que el Perú no mueve un pelo al respecto. Y ¿qué cambió en el Perú? ¡Nada! El país multipluri hizo un gran show internacional, para conseguir lo que tiene Perú y tenía Bolivia: uso autorizado, lícito, de la hoja de coca, para fines culturales y “tradicionales”, dentro de su territorio.

Todo apareció como un show, cuyo resultado llegó oportunamente, justo cuando la olla de la corrupción estalló en la cara de los que sabemos. Gran concentración, grandes discursos, ¿y? ¿Algún cocalero se atreverá a viajar al exterior llevando su “coquita” como tapeque para el camino? No creo. Porque aquello de “hemos vencido al mundo” está bien para hacer política; no para fines prácticos y reales. Igual que lo de “coca no es cocaína” para la morenada. La coca sigue en la lista de sustancias controladas de la ONU. Y allí se va a quedar; tampoco creo que ninguna estrategia “envolvente” logre sacarla de donde está. ¿Y sabe por qué? Porque la coca es nomás fuente de la droga cocaína. Una droga que no puede hallar sustituto sintético.



Por otra parte, les han hecho creer – a los de siempre, claro. A los que creen cualquier cosa – que se puede sembrar MAS coca, que se puede exportar el producto y sus derivados a otros países. Veremos, dijo un ciego. El representante de la ONU en el país multipluri dijo que se pueden exportar los productos de la coca, siempre que se descocainicen primero. ¡Macanudo! Que lo hagan. Sus cientistas tendrán que descubrir un proceso barato, porque hasta ahora, ese si es un procedimiento caro. Re-caro. Y que además requiere tecnología. Esa tecnología que está en poder de los países imperialistas, de derecha, corruptos, que ponen condiciones inaceptables y someten a los pueblos. ¡Qué tal! Lo de conseguir mercados para esos productos es también otra historia complicada.

Hay que reconocer, sin embargo, que el jefe es consecuente y leal con sus bases. Nada despreciables electoralmente hablando. MAS de un millón de personas que consumen hoja de coca y que por lo tanto ven a su líder como a un dios. ¿Cuánto hace más de un millón de personas al Padrón Electoral de poco más de cinco millones de personas? Son ese 14% de “acullicadores” que tiene todo el país multipluri y que en el Padrón ya son 28%. Todos, mayores de 18 años. El voto duro, el que aguanta todo. La base sobre la cual se ha añadido el cúmulo de no-cocaleros que se acomodan a cualquier situación política (hay que leer las expresiones de Rebeca Delgado). Y como no hay opositor que tenga “estrategias envolventes” para cambiar esa realidad, parece nomás que los cocaleros van a permanecer en el poder por un buen tiempo, hasta que, sobre todo, la política económica del MAS haga aguas. Y va a suceder. Como en Venezuela.

¿Y el estudio del gobierno sobre la hoja de coca? Debería estar listo en agosto de 2010. Se anuncia una fecha cada vez… y se la posterga consecuentemente. Ojo que además fue el gobierno el que hizo el estudio a través del INE, lo que ya da qué pensar. Aún así, las malas lenguas (y la mía que no es tan buena) dicen que “algo está pasando” para que el gobierno no haga conocer los resultados del estudio. Bueno. Algún día saldrán esos resultados. Tienen que darse a conocer. Ojalá difundan también la metodología y la forma en que se hizo para poder opinar con propiedad.

¿Irá la estrategia del MAS por ampliar la base cocalera? Porque hasta ahora, eso ha sucedido. Hay cada vez más cocaleros registrados y autorizados. Y otra vez, claro, para eso se necesitan MAS hectáreas de cultivo de la planta de coca. ¿Se pensará en las consecuencias? Obviamente. En las consecuencias políticas, digo. En las otras, no creo. No parece importar mucho ni el medio ambiente ni la salud de los habitantes del país. MAS bien, se ensalzan las supuestas propiedades alimenticias de la hoja de coca. En fin. ¿Cómo pasará este gobierno a la historia? Buena pregunta, dice mi compadre Choque.

¡Ah! y como siempre, cualquier semejanza con la vida real, es pura coincidencia.

*Médico e investigador

El Día – Santa Cruz