El cubano Raúl Castro recibirá la presidencia del organismo regional. Durante todo un año, dirigirá el bloque creado para "proteger la democracia y los Derechos Humanos"
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La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), una organización intergubernamental conformada por 33 países, asiste al acontecimiento más polémico en sus cortos tres años de historia.
Durante los días 26, 27 y 28 de enero, en la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el presidente chileno Sebastián Piñera entregará la conducción del organismo internacional al dictador cubano, Raúl Castro.
De esa forma, uno de los líderes más cuestionados del continente, presidente de un país donde en 50 años no hubo elecciones libres, se convertirá en el vocero oficial de Latinoamérica y el Caribe en las negociaciones políticas y comerciales con los 27 países de la Unión Europea y otros bloques regionales, durante un período de 12 meses.
El carácter endeble de la CELAC permitió que, tras fundarse en 2010 como una entidad que busca "reafirmar que la preservación de la democracia y de los valores democráticos", un dictador como Raúl Castro asumiera la conducción.
Por otro lado, cabe destacar que Cuba enfrenta una coyuntura política muy agitada puertas adentro de la isla. Detenidos ilegales, persecución a víctimas de la violencia institucional y desaparecidos forman parte de la cotidianeidad en el país dirigido por los Castro.
“Los arrestos constituyen abusos contra las libertades civiles, políticas y culturales, que se han convertido en agresiones habituales a los derechos humanos por parte de las autoridades”, se afirma en el documento elaborado por el Centro de Información Hablemos Press.
En el texto se documentó, en octubre de 2012, 402 arrestos por motivos políticos, que se suman a los 4140 de los meses anteriores. Según el organismo, la mayor cantidad de detenciones pertenecen al Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán y a la Unión Patriótica de Cuba.
Un dato no menor, es que Cuba y Venezuela son los únicos dos países que no permiten el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Fuente: Infobae