Sin vergüenza alguna, el presidente Evo Morales confirmó públicamente su política del “le meto nomás y que después lo arreglen los abogados”.Ahora, convocando a los alcaldes y gobernadores oficialistas a “gastar aunque sea ilegalmente” sus presupuestos.“No me arrepiento, y repito compañeros y compañeras en pequeños y medianos proyectos, en vez de estar esperando al abogado, a la abogada que nos diga es legal no es ilegal, eso te hace perder tiempo”, manifestó durante un acto en Tarija, al cuestionar que la Gobernación de ese departamento y varios municipios dejaran en la gestión 2012 2.000 millones de dólares en caja y bancos.Evidentemente, las declaraciones del mandatario cocalero rozan la apología del delito, si es que no se internan francamente en esta figura.Son una muestra más de su vocación anti-institucionalista, que ve al Estado como un botín de uso discrecional.Pero además, se trata de un diagnóstico equivocado a la hora de explicar la baja ejecución fiscal de varios gobiernos municipales y departamentales.Porque es el propio Ministerio de Hacienda del Ejecutivo que encabeza Morales el que prodiga trabas burocráticas a las alcaldías y gobernaciones de oposición, buscando eliminar la competencia al gobierno central en materia de inversión pública.Y en el caso de las administraciones oficialistas, habrá que buscar la causa en la pura ineficiencia, como es vox populi que sucede en Tarija.Las manifestaciones del presidente son, al mismo tiempo, una confesión de presuntas irregularidades cometidas en el gasto del gobierno nacional, algo que en su momento podría ponerlo a dar respuestas ante la justicia…[email protected]