La estatal agencia ABI se tomó el trabajo de publicar una nota desmintiendo el enriquecimiento del vicepresidente Álvaro García Linera, lo que solo puede indicar que la interna del oficialismo está caliente en lo que respecta a quién acompañará a Evo Morales en el binomio para el 2014.
En el artículo de marras el vice niega ser propietario de un “importante medio de comunicación escrito”, en alusión al diario La Razón, algo que había sido sugerido tiempo atrás desde filas opositoras.
García Linera dice que solo es dueño de sus libros y de un departamento, y que por su perspectiva de vida “indianista y comunista” no le interesa acumular propiedades, agregando que su situación financiera puede ser investigada por medio de la Contraloría General del Estado.
Veamos: lo cierto es que la “perspectiva de vida comunista” no le impidió a muchos dictadores de esa línea enriquecerse en el pasado, por lo cual no es una garantía muy verosímil que digamos.
Por otra parte, una Contraloría tomada por el partido de gobierno tampoco ofrece demasiada transparencia.
Súmese a esto una declaración jurada de años atrás, donde se daba cuenta del crecimiento del patrimonio del vice en ¡más de diez veces! desde su llegada al poder, cifra que sin duda habrá que actualizar.
¿Es el vicepresidente el más claro exponente de la “nueva burguesía de Estado” surgida en los últimos años?