Estamos como en Venezuela… colas y escasez

Alejandro Brown I.*

ALEBROWN Dime con quién andas, y te diré como eres. Un viejo refrán que se asemeja a la realidad que estamos viviendo los bolivianos. En Venezuela, el aliado más fuerte de Evo Morales, la situación diaria es insostenible; los hermanos bolivarianos carecen de todos los insumos básicos, incluso higiénicos. Pero cómo estamos en Bolivia.

Desde hace un par de días y luego de la extraña visita del heredero de Hugo Chávez a nuestra tierra, Nicolás Maduro, viene pasando un fenómeno que se evidencia en Santa Cruz con largas colas en las agencias de gas.



Para disimular la situación, el gobierno ha puesto a soldaditos en algunos camiones repartidores con el supuesto propósito de evitar la venta a comercializadores que revenden el GLP. Sin embargo, la situación es totalmente distinta, porque en las agencias el racionamiento es tal, que solo venden dos garrafas por persona, luego de una cola de más de dos horas.

Si la presunta idea era que la garrafa no cueste los Bs 25 en las pulperías, ahora las amas de casa la compran en Bs 52,50, más del doble. Y es que la ecuación es simple, no todos los ciudadanos tienen un vehículo y las dueñas del hogar tienen que pagar un taxi (Bs 30, ida y vuelta) para llevar sus garrafas hasta la envasadora, donde la compran a Bs 22,50. Pero lo que es peor, tienen que hacer cola y bajo racionamiento.

Sin embargo, el presidente de YPFB, Carlos Villegas, dice que no hay escasez ni racionamiento. ¿Será que este señor que ha pasado por cuatro ministerios hasta adueñarse del suculento sillón de la estatal petrolera, vive en otro país?, que no ve la situación que atraviesa el pueblo que tiene que viajar en micro, moto o bicicleta con una garrafa a cuestas.

Pero la situación en Bolivia se agrava aún más cuando comienza a faltar el principal alimento en las canastas de los hogares: el pan.

Desde hace una semana se incrementó el precio de la bolsa de harina de 46 kilos, que antes costaba Bs 210, y ahora está en Bs 260, tanto de las marcas nacionales como las que provienen de la Argentina. Además se anunció que en los próximos días, su precio seguirá subiendo llegando a costar Bs 280.

Producto de ello, el pan comienza a faltar en las tiendas y para maquillar la figura y que el pueblo no sufra de hambre, las panificadoras han optado por reducir el tamaño del alimento para no afectar su precio. Estrategia absurda, porque un niño hambriento no quedará satisfecho con dos minipanes, ahora deberá comer tres o cuatro, situación que igual encarece la vida de los bolivianos sin que el Gobierno haga algo por mejorar la situación de los ciudadanos. A no ser que comience a echarle la culpa a la tradicional ‘derecha’ o a los ‘viejos neoliberales’, toda vez que cuando los problemas lo agobian, aparece Evo Morales con su discurso del ‘imperialismo’ o la ‘pérdida del Topater’.

Lo que al pueblo realmente le interesa es que la harina nacional subió de precio, y lo que es peor, está escasa en el mercado.

Pero ¿por qué no producimos más trigo, materia prima de la harina?. Históricamente este es un problema de mucha data en nuestro país. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) ha explicado que en Bolivia no existe investigación científica para identificar nuevas variedades de semillas capaces de resistir fuertes vientos y evitar la pérdida del producto por el clima.

La producción local no cubre la demanda del país porque necesariamente se deben importar cerca de 400 mil toneladas que se precisan para la elaboración de alimentos básicos para las familias bolivianas. En nuestros campos solo se dan 200 mil toneladas, ya que el cambio climático impide que se llegue a sembrar lo planificado para abastecer el consumo interno.

Para paliar esta situación, Estados Unidos siempre subvencionó a Bolivia el 80% del trigo, como parte de su plan de ayuda a los países subdesarrollados y en situación de pobreza.

Pero como a Juan Evo Morales Ayma le estorban los ‘regalos’ provenientes de la primera potencia mundial, y sin importarle el estómago de los bolivianos, decide cortar esa ayuda.

Y después se queja, el Jefe de Estado del MAS recordó que durante los gobiernos neoliberales había un programa denominado PL 480, en el que Estados Unidos donaba harina permanentemente al pueblo boliviano. “Esa donación no nos permitía incentivar la producción de trigo. Apenas producíamos el 20% del mercado interno porque había regalo. Con la donación nunca pudimos superar nuestra producción y dependíamos de Norteamérica en el tema del pan. Me he dado cuenta que la donación no era por solidaridad, no era cooperación. Era una política de dominación al pueblo boliviano", dijo el líder cocalero al momento de cortar la cooperación estadounidense pese el déficit de trigo en el que vivimos, y sin implementar una política de producción.

Ahora, otra problemática se suma a nuestros calvarios en el ‘País de las Maravillas’. En una tierra tan productiva como Santa Cruz, otro producto que falta, escasea y su precio está por las nubes es el del arroz. Nuestro déficit ha llegado a tal punto que en los mercados las amas de casa compran arroz brasilero. Y ni qué decir en los supermercados, donde la única clase de arroz en mostrador es el importado de Brasil. Y no es que sea mejor o más brillante (como dice en el envase), es que algo está pasando con nuestros productos de primera necesidad y si esto no se soluciona, dentro de poco vamos a estar igual o peor que Venezuela.

Dicho sea de paso y aunque usted no lo crea, Bolivia, carente de GLP, harina y arroz en la actualidad, exportará sus dizque excedentes de alimentos a Venezuela en los siguientes días, según informó oficialmente el Gobierno. ¿Dónde vamos a quedar? ¿Hasta dónde harán sufrir de hambre a los bolivianos?. ¿Será que porque Evo Morales tiene una deuda personal con el chavismo, todos los bolivianos la tenemos que pagar?

Según el MAS, el volumen global que Bolivia dará a Venezuela será de 25.000 toneladas de arroz, 60.000 de azúcar, 90.000 de maíz amarillo, 912 toneladas de palmito y 12.000 de leche en polvo, de acuerdo con el detalle dado por Insumos Bolivia, la agencia estatal encargada de las gestiones.

Para Evo Morales los bolivianos tenemos excedentes, y hay que exportarlos. ¿Acaso no les prohibió a los ganaderos, azucareros, aceiteros, soyeros, maiceros, apicultores y algodoneros, exportar?, so pretexto de priorizar la seguridad alimentaria interna, lo que a futuro desincentivó la producción. Y ahora viene con el cuento de cubrir la demanda venezolana con nuestros excedentes, cuando el pueblo no tiene ni harina para hacer fritos.

La exportación de alimentos es una señal de que la cooperación comercial con Nicolás Maduro continuará. Pero quizás en el mediano plazo habrá una renegociación debido a la crisis que vive ese país. Solo esperamos que la crisis no nos golpee tan fuerte, aunque al paso que vamos, será inevitable.

*Perseguido político