Se celebra el día del Maestro

Si hay alguna profesión en el mundo, en la que se requiere una profunda vocación es la de educador. Quien sigue la carrera docente sabe que no sólo que nunca tendrá grandes ingresos y tendrá una vida marcada por las estrecheces e incomodidades, que requiere una infinita paciencia para transmitir conocimientos a niños y jóvenes no siempre dispuestos a adquirirlos, que muchas veces no tendrá ni siquiera las condiciones mínimas para desarrollar su trabajo o sus alumnos no llegarán debidamente alimentados y, en consecuencia, no podrán entender los conceptos explicados.

Sin embargo, cuando uno sólo logre superarse y triunfar, como profesional y persona de bien, ese abnegado maestro sentirá que su vida y sus sacrificios tuvieron algún sentido.

Si hay alguna característica que tiene el ejercicio de la docencia en Bolivia, ésa es el desprendimiento.



Desde hace 89 años, en el país, el 6 de junio de cada año se rinde un más que merecido homenaje a los profesores del país, seres nobles y humildes, para quienes el concepto de hacer patria se aplica día tras día, sin que por ello, sienten que hacen algo extraordinario. Su aporte al país es inconmensurable y su retribución es inversamente proporcional.

El entonces presidente Bautista Saavedra reconoció el esfuerzo de este sector de profesionales y promulgó un Decreto Supremo para que, en lo posterior, este día sea consagrado a quienes enseñan a leer y dotan a niños y jóvenes de los conocimientos necesarios para enfrentar toda su vida.

La fecha elegida coincidió con dos acontecimientos capitales de la creación de la primera Escuela Normal de Maestros, establecida en 1909, en la ciudad de Sucre, durante la Presidencia del general Ismael Montes, quien designó al pedagogo belga Georges Rouma como su director, quien ejerció la conducción de la Escuela Normal de Profesores y Preceptores de la República, de la que se graduaron destacados educadores como Ángel Chávez Ruiz, Enrique Finot, Juvenal Mariaca, Alfredo Guillén Pinto y Elizardo Pérez, quien sería el creador de la Normal Rural de Warisata y pionero de la educación indigenal en Bolivia.

La segunda fue la fecha de nacimiento, en 1840, de Modesto Omiste, un pionero de la educación en el país, considerado el "el padre de la educación boliviana".

Sin la decisión política de Montes y sin la visión de los pedagogos mencionados y de todos cuantos siguieron esa fecunda huella, el presente del país sería distinto, aunque no cabe la menor duda de que sería muy malo.

Sólo los pueblos instruidos son capaces de gestar su propio destino. La peor condena de cualquier pueblo es dejarlo sumido en el oscurantismo.

Los docentes luchan a diario contra esa tara y, también, a diario, salen airosos del combate contra la ignorancia.

Por ello, en esta fecha, desde estas páginas, hacemos llegar a los maestros nuestro más sincero homenaje y nuestra más humilde felicitación por su destacada e imprescindible labor cotidiana.

Fuente: ATB.

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