Sean Penn pasó de niño mimado del régimen evista a convertirse en la nueva “bestia negra” del gobierno cocalero.Bastaron pocos meses para que el actor, quien fuera nombrado poco tiempo atrás por Evo Morales como “embajador de las causas nobles” (entre las que se encuentra la coca) se metamorfoseara en “colonizador” y “antiindígena”, términos utilizados recientemente contra él por el vicepresidente Álvaro García Linera.La primera herejía cometida por Penn contra la ortodoxia socialista del siglo XXI fue cuestionar la corrupción del sistema judicial en la gestión de Morales, llegando a apuntar a cabezas de su entorno en el caso de la “red de extorsión”.Pero la osadía suprema fue proponer en pleno Congreso norteamericano (¡imperialismo!) que se realice un lobby con el rally Dakar para que éste no pase por Bolivia mientras no se revisen procesos indebidos como el que pesa sobre el empresario judío-americano Jacob Ostreicher (¡y para colmo sionismo!).“Sería penoso que en su currículum aparezca que tomó actitudes antiindígenas”, amenazó García Linera, en lo que solo puede tomarse como un aviso de la campaña descalificatoria que podría emprender contra el actor la maquinaria propagandística del ALBA.Ojalá que la experiencia sirva para dos cosas:1)Que Sean Penn deje de convertirse en vocero de los regímenes semi-dictatoriales del bloque chavista.2)Que el gobierno boliviano cese de hacer nombramientos irregulares en materia diplomática… [email protected]