Reclamo marítimo. El agente boliviano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Eduardo Rodríguez, no descarta que un arreglo por la vía diplomática ponga fin al recurso legal planteado por Bolivia.
Rodríguez ve probable arreglo diplomático con Bachelet y fin de demanda en La Haya
EL DÍA
Ref. Fotografia: Eduardo Rodríguez Veltzé, agente boliviano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. ABI
El agente boliviano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé (2005), estimó probable que un arreglo diplomático entre La Paz y Santiago ponga fin al juicio que Bolivia instauró recientemente a Chile en La Haya, por una salida soberana al mar, al tiempo de afirmar que el eventual retorno de la socialista Michelle Bachelet a La Moneda abre un canal de diálogo entre ambos países que carecen de relaciones diplomáticas hace casi 40 años.
‘Si la diplomacia permite encontrar una salida de diálogo, se puede pedir que se suspendan los trámites, durante el procedimiento. La Corte (de La Haya) celebra cuando los países pueden resolver sus disputas por ellos mismos’, dijo en declaraciones al diario boliviano El Deber, reproducidas por el tabloide chileno La Tercera.
Designado embajador de Bolivia en Holanda, sede de la CIJ, el exgobernante y exmagistrado que representa a Bolivia en los estrados de La Haya dijo que las posibilidades de reanudar el diálogo con Chile se acrecentarían si Bachelet ganara las elecciones de noviembre en su país.
Las relaciones entre La Paz y Santiago, fluidas como nunca entre 2006 y 2009, durante el primer mandato de Bachelet, dieron por trasto con la llega a La Moneda del empresario Sebastián Piñera.
‘Espero que sí’, que Bolivia y Chile retomen el camino del entendimiento en la eventualidad que Bachelet gane las presidenciales de noviembre en Chile, afirmó Rodríguez Veltzé.
A poco más de 3 meses de las elecciones chilenas, Bachelet se yergue en la favorita en las encuestas para volver a La Moneda.
Rodríguez Veltzé dijo que el gobierno de su sucesor Evo Morales instrumenta con amplitud una política de doble vía con respecto a Chile, país que adhirió a su soberanía 400 km de litoral que antes de la conflagración de 1879 pertenecieron a Bolivia, desde entonces mediterránea.
‘Tenemos una política de doble camino (con Chile); una es la jurisdiccional ante la corte (de La Haya), pero las relaciones de Bolivia y Chile siempre deben mantenerse bien’, afirmó el agente boliviano ante la CIJ.
Como base jurídica de la demanda, La Paz invoca el artículo XXXI del Pacto de Bogotá de 1948, a través del cual tanto Chile como Bolivia reconocen la jurisdicción de la CIJ como órgano mediador en conflictos entre Estados.
Bolivia alega que diversos gobiernos de Chile desde 1950 dieron largas a su demanda marítima con promesas incumplidas incluso plasmadas en documentos.
El favoritismo de la exmandataria socialista que entre 2010 y parte de 2013 presidió un ente de la mujer de Naciones Unidas pareció robustecerse después de la renuncia, por depresión, que presentó su contraparte oficialista, el derechista Pablo Longueira, tras ganar las primarias chilenas de su sector.
La alianza gobernante en Chile, en cabeza de Piñera, colocó como tapón a la ministra de Trabajo, Evelyn Matthei, como la adversaria de Bachelet en los comicios de mediados de noviembre.
Bachelet y Morales galvanizaron entre 2006 y 2009 una Agenda de 13 Puntos, que incluyó por primera vez el centenario reclamo boliviano de una salida soberana al mar.
En ese lapso se produjo el mayor acercamiento de la historia de ambos países, que desde principios del siglo XIX han vivido prácticamente de espaldas.
El estado actual de la relación bilateral es álgido.