Ya que el caso Snowden y las rocambolescas andanzas de Evo Morales en Europa nos adentraron en el mundo del recontraespionaje, no está de más utilizar un término de ese campo, “Top Secret”, para calificar al secretismo con que el gobierno maneja la compra de 4 aviones ejecutivos de precio multimillonario.
Sólo se sabe que mediante decreto supremo la administración evista acaba de autorizar la adquisición de estas aeronaves, entre las que se encuentra un Falcon similar al que usa el primer mandatario, que estará destinado al vicepresidente.
Sin embargo, el ministro de economía, Luis Arce Catacora, se niega a transparentar el gasto a realizar, indicando solamente que el precio de cada avión no superará los 38,7 millones de dólares que costó el FAB-001 que transporta al presidente Morales.
Para quitarle importancia al asunto, Arce llegó a comparar la adquisición de las aeronaves con la compra de computadoras para las oficinas públicas: “Puede comprarse una computadora para un funcionario, para un servidor público en algún ministerio; necesitamos también contar con aeronaves para traslado de personal (…) El Ministerio de Economía va a dar los recursos necesarios para comprar estas aeronaves”.
En todo caso, se puede estimar que el derroche estará en el orden de los 150 millones de dólares, gasto que parece por demás irresponsable cuando el país tiene el desafío pendiente de erradicar la pobreza.
Además, el alto costo de la operación alimenta legítimas hipótesis sobre posibles negociados…