¿‘Sentencia de muerte’ para Santa Cruz?; la ciudad pierde el 76% de sus árboles

ALERTA. Imágenes satelitales muestran la enorme deforestación en Santa Cruz (Bolivia). Una ‘sentencia de muerte’ para que pase el asfalto.

Preocupación. En los últimos 25 años desapareció el 76% de la vegetación urbana debido a las construcciones, según un estudio del Colegio de Ingenieros Ambientales. La Alcaldía dice que hay plan de reforestación.

En 1985 la superficie de la vegetación arbórea en Santa Cruz era de aproximadamente 405 kilómetros cuadrados. En 2005 se la calculó en 276 kilómetros cuadrados y hace dos años en 97 kilómetros cuadrados, según una investigación que se apoya en imágenes satelitales Landsat TM. Sin embargo, la secretaria de Parques y Jardines del Gobierno Municipal, Angélica Sosa, asegura que se plantó más de 400.000 árboles desde 2005 hasta ahora.



El 76% de los árboles de la ciudad desapareció

POLÉMICA POR LA VEGETACIÓN URBANA. Cada vez se tumban más árboles o se los remplaza sin criterio, según el Colegio de Ingenieros Ambientales. La Alcaldía atribuye el hecho a los vecinos y dice que se está reforestando

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Simón Velasco, es mecánico, recolector de chatarra y amante de la naturaleza.

C. Dorado Y R. Navia, EL DEBER

En los últimos 25 años (1986-2011), la deforestación en el área urbana de la capital cruceña ha sido intensa. Del total de árboles que existían (405 km2 en 1986), el 32% fueron eliminados hasta 2005 y el 76% hasta 2011. Así lo desvela un estudio del Colegio de Ingenieros Ambientales, que califica de ‘alarmante’ el ritmo de reducción de la vegetación urbana de porte significativo.

El estudio se hizo a partir de imágenes satelitales del área urbana de Santa Cruz, detectando las áreas sin vegetación y las zonas con vegetación en crecimiento vigoroso, consideradas así las que albergan árboles de buen porte y no las áreas con césped o pastizales, ya que no cumplen las mismas funciones que la vegetación arbórea, aclara el ingeniero ambiental y miembro del directorio del colegio, Bernardo Rivera.

Según dice, no se puede comparar el beneficio que da un árbol de buen porte con las palmeras o la vegetación ornamental ya que los árboles dan más sombra, tienen mayor capacidad para reducir la contaminación del aire por la absorción del dióxido de carbono y mitigan el efecto de ‘isla termal’ al bajar la temperatura que aumenta por el uso del concreto y asfalto. También reducen el impacto de los vientos fuertes.

“Atrás quedó el Santa Cruz te quiero verde que en su momento tomó fuerza en nuestras calles y que lamentablemente hoy se ha convertido en un leve murmullo postulado por pequeños grupos de la sociedad”, señala el informe de los ingenieros. Rivero cree que existen las normas necesarias para evitar este problema, pero que no hay control de las autoridades.

La Alcaldía se defiende

La secretaria de Parques y Jardines del Gobierno Municipal, Angélica Sosa, asegura que se plantó más de 400.000 árboles de 2005 a la fecha, dentro de un plan que responde a criterios técnicos. “Se toman en consideración la selección de especies que son propias de la región y que son aptas para los requerimientos de la ciudad”, explica.

Sosa admite que la ley del medioambiente y la ordenanza municipal 034/2001 incluso contemplan multas para quienes destruyen los árboles, pero que “la mayor responsabilidad la tenemos cada uno de los vecinos”. “Recibimos cerca de 200 solicitudes al mes y la mayoría pide sacar árboles”, agrega.

La autoridad destaca el primer censo arbóreo que hizo el municipio en 2005 y la labor que se realiza en base al Manual de Arborización Urbana. Por ejemplo, la preservación de más de 200 hectáreas del Jardín Botánico y los 32 parques urbanos.

Con relación al estudio realizado por el Colegio de Ingenieros Ambientales, Sosa considera que las imágenes satelitales muchas veces no captan bien la vegetación por la nubosidad. Sin embargo, invita a los ingenieros a hablar del tema. El ingeniero de sistemas, Wilber López, que obtuvo las imágenes, asegura que existe el 90% de fidelidad.

Consolidan su lucha

Con más de 3.000 seguidores en el Facebook, el Colectivo Árbol que surgió como una iniciativa ciudadana, siente que ya ganó algunas batallas. Raúl Santalla y Marcelo Castro, miembros de la organización, expresan su satisfacción por haber conseguido que no se corten los árboles del tercer anillo (por el hospital Oncológico) y de la plaza ubicada al frente del Cine Center, contrariamente a lo que pasó en el tercer anillo de la zona de la Udabol donde se cortaron varios árboles para ampliar la vía.

Santalla asegura que tener una ciudad con árboles incluso reduce los niveles de estrés y la delincuencia. También sugiere tomar otras medidas para afrontar el tráfico como la circulación por número de placas, el uso de la bicicleta y no siempre la ampliación de vías que a veces implica tumbar árboles

Beneficio de los árboles

Colaboran en la reducción y mitigación de contaminación del aire debido a que fabrican su alimento a partir del dióxido de carbono (C02), presente en la atmósfera, y por el proceso fotosintético generan, a su vez, gran parte del oxígeno que respiramos día a día.

Modifican el clima local y mitigan el efecto de ‘isla termal´ en la ciudad, al reducir la temperatura termal concentrada en elementos tales como el concreto, el ladrillo, los azulejos y el asfalto por efectos de sombra y la evapotranspiración.

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Una ‘sentencia de muerte’ para que pase el asfalto

HAY GENTE QUE LOS DEFIENDE.

El Deber

En el séptimo anillo hay árboles que están marcados con una X para ser cortados y así dar paso al desarrollo. Vecinos proponen alguna alternativa.

Los árboles de mango están erguidos, imponentes y con una X blanca en su tronco como señal de que van a morir. A metros de ellos, las máquinas y los hombres trabajan en el asfaltado de un tramo del séptimo anillo, entre las avenidas Cristo Redentor y Beni. La carpeta de alquitrán, para seguir su curso, deberá pasar por el lugar donde esos árboles se encuentran de pie.

Los vecinos disfrutan la sombra de los árboles que dentro de poco pueden ser cosa del pasado. Debajo de los mangos estacionan sus vehículos para recibir el aire fresco que les llega a la hora de la siesta.

Marcela Vaquero vive en la zona desde hace seis años y lanza una propuesta. Para evitar la muerte de los árboles, propone que se cubra una parte del canal de desagüe que pasa por el medio de la avenida.

“Los árboles son los pulmones de la humanidad”, dice Vaquero y su mirada se dirige a esos colosos que mecen sus hojas desde hace por lo menos medio siglo.

“Por lo menos deben tener 50 años de vida”, cuenta Guido Hurtado, un profesor jubilado que vive en una casa llena de plantas que se encuentra a lo diagonal de los mangos marcados. “Yo llegué aquí a los 4 años de edad. Ahora tengo 71 y cuando era joven planté algunos de esos que ahora serán cortados”, rememora y cuenta con un dolor notorio en su mirada.

image El profesor Hurtado, con su esposa, Francisca Rivera, en su casa y rodeado de rica vegetación.

Para que la vegetación no muera en esa parte de Santa Cruz, él ha decidido no vender su casa ni su terreno que ha sido cotizado como oro por algunos ofertantes. Su vivienda es para él un templo verde donde aún se mecen los bejucos por donde Guido trepaba como un mono cuando era niño.

Marcelo Castro, miembro del Colectivo Árbol de Santa Cruz, dice que está enterado de que el plan es cortarlos y que para que su institución pueda hacer gestiones de evitar aquello es necesario que los vecinos se manifiesten, propongan algo y que ahí él ya puede intermediar con la Alcaldía.

“Estamos para apoyar, escuchar a los vecinos de la zona e intermediar ante las autoridades. Yo cuando era niño paseaba por esa zona y veía con asombro esos hermosos árboles”, cuenta Castro.

El letrero en el portón

En la radial 10 y avenida 16 de julio hay una casa con portón afuera y varios letreros escritos con sanas intenciones. En uno de ellos, Simón Velasco, el propietario, pide a los vecinos a plantar dos árboles en sus aceras porque así, él cree, se tendrá un mundo mejor y menos contaminado.

Por eso en su casa tiene por lo menos 10 árboles y, a donde va, recomienda a la gente cuidar la vegetación

La estructura ambiental, con problemas

Virgilio Suárez Salas – Arquitecto

Existe una pérdida evidente de árboles, pero el problema va más allá, está relacionado con la estructura ambiental de Santa Cruz, que no está bien. Se está dañando el microclima ambiental, prueba de ello es la pérdida de algunos humedales.

Por eso a los árboles hay que relacionarlos con la pérdida de la estructura ambiental de la ciudad que no se está preservando. Es importante cuidar las plantas pero hay que hacerlo en su conjunto, es decir, lo que hay alrededor de ellas.

El efecto de todo esto es el desorden sicológico y de identidad. La ciudad pierde el sentido de ciudad tropical; por otro lado, esto aumentan los riesgos de impactos ambientales como las inundaciones. 

No tenemos una política integral, no aplicamos las leyes. Hay dos frentes de trabajo para hacer: el educativo ambiental y el político para que se cumplan las normas. No estamos construyendo una ciudad saludable.