La prestigiosa revista brasileña Veja ha vuelto a publicar información polémica que vincula al gobierno de Evo Morales con el narcotráfico.
En el 2012, la publicación había llamado la atención sobre presuntos vínculos entre el ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, con el narco brasileño Max Dorado, quien supuestamente habría financiado parte de la campaña del MAS en el Beni.
Ahora, Veja vuelve a la carga indicando que, de acuerdo a reportes de la Policía Federal del Brasil, un avión de la Fuerza Aérea Boliviana que transportaba cocaína rumbo a Venezuela habría penetrado el espacio aéreo brasileño, añadiendo que el operativo de tráfico contaba con la anuencia de altos funcionarios del gobierno evista.
Lo que llama la atención es que, más allá de las pataletas mediáticas de varios voceros de gobierno cuando Veja publicó el reportaje sobre “La República de la Cocaína”, y al nombramiento de Jerjes Justiniano como embajador en Brasilia con el cometido expreso de “sentarle la mano” a la revista, hasta la fecha no se hayan iniciado gestiones para procesar a esa publicación.
¿Se teme que en un eventual juicio aparezcan pruebas que demuestren los vínculos entre altos funcionarios bolivianos y el narcotráfico?
También vale la pena recordar el encarcelamiento en Estados Unidos de quien fuera jefe del Centro de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, general René Sanabria, para establecer que la penetración del narco en las estructuras gubernamentales de Bolivia parece ser mucho más que una hipótesis.
¿Tendrán algo para decir sobre el tema los ex asesores del Ministerio de Gobierno caídos en desgracia y apresados en Palmasola?