Según lo dicho por Evo Morales en su discurso presidencial de hoy, la culpa por los problemas del Censo es de la prensa, por insistir en que se difundieran los resultados preliminares en enero.Por supuesto, el gobernante cocalero obvia que el margen de error entre los resultados preliminares que él mismo presentó a comienzos de año y los datos oficiales (3,49%) es mucho más amplio que el que existió entre datos preliminares y oficiales en los Censos de 1992 (1,5%) y 2001 (0,7%). ¿Cómo justificar tamaña diferencia?Más adelante, el mandatario habló en su alocución sobre una supuesta “prensa pro-chilena en Bolivia”, a la que “tenemos identificada” y “dejamos en manos de los movimientos sociales”.De modo que al ataque contra la prensa, a la que se pretende usar como “chivo expiatorio” de las jugarretas gubernamentales con el Censo, se suma la amenaza velada, que penderá como “espada de Damocles” sobre cualquier medio que ose cuestionar los errores en la política marítima o algún otro aspecto de la gestión pública.Este gobernante tan democrático repartió también ataques entre los más diversos blancos de su furia: Chuquisaca, los exiliados, las ONGs, los indígenas del TIPNIS y un largo etcétera.Junto a las agresiones se destacaron las manipulaciones de cifras para tratar de mostrar que “vamos bien” y que “Bolivia se va levantando”, como repitió varias veces, afirmaciones que sin embargo son rotundamente desmentidas por el frío veredicto de los números de su propio Censo, donde los indicadores sociales demuestran que los avances en desarrollo humano en el actual ciclo neopopulista son iguales o menores a los de la anterior era “neoliberal” (considerando además que su régimen recibe cinco veces más recursos gracias a los altos precios internacionales de los hidrocarburos)…[email protected]