El narcotráfico y el contrabando toman fuerza en las fronteras

Algunos pobladores y comerciantes de Bolivia participan de los negocios ilícitos. 1000 dólares es el mínimo que percibe un poblador por el traslado de droga en barcazas por el lago Titicaca. Usan depósitos clandestinos para sus negocios.

image La Prensa, La Paz

El narcotráfico y el contrabando son dos palabras tabú en las poblaciones fronterizas del país, pero muy bien cotizadas por los altos rendimientos económicos que éstas prácticas dejan a algunos pobladores y comerciantes, según pudo constatar La Prensa en visitas realizadas al Lago Titicaca y las poblaciones de Patacamaya y Caracollo, ubicadas en las provincias Manco Kapac y Aroma, entre otras.



Algunos comerciantes, que conocen medio país, en lo que concierne a mercados o ferias populares afirman que el contrabando de hidrocarburos, gas, gasolina y diesel, es menos peligroso que el de las drogas, pero que en cuestión de rédito, el oro blanco enriquece en minutos.

Un comerciante, quien prefiere guardar su nombre en reserva, y para el fin, será nombrado como "Ramiro", explica que existen varios métodos para poder contrabandear, pero que uno de los principales sigue siendo la coima. Sistema en el que policías, funcionarios de Gobierno y otros caen, después de haber sido seducidos por hábiles mujeres , éstas llegan a conocer  las vías y los días de control. "Ramiro" en una casual conversación refiere que “hay días de viento y lluvia, (quiere decir días de control), pero la mayor parte de las semanas son soleadas, y es donde las ganancias pueden llegar (a multiplicarse) hasta un 500 por ciento”.

Hidrocarburos. Otro comerciante, bebiendo unas cervezas a lado de su vagoneta último modelo de fabricación China, comenta que la droga y el contrabando están protegidos en algunas poblaciones, donde las personas extrañas son virtualmente fichadas y seguidas cuando están de por medio cargamentos grandes, como combustible, GLP y sobre todo droga.

“Los camiones ingresan a sus garajes donde un grupo de cargadores bajan la mercadería para internarla en las casas, improvisados hangares de hasta veinte metros de longitud, donde la mercancía  ‘duerme’ -incluso por una semana- antes de ser trasladada hacia otra zona, país o departamento”, comenta un conductor de "taxichola" en el Desaguadero, población fronteriza entre Bolivia y Perú.

Los "taxicholas" en Bolivia y el país vecino se han convertido en ocasionales cómplices de estos pequeños cárteles que dominan los cinco kilómetros que hay entre una y otra frontera, pues son “vitales” para el traslado de la mercadería de contrabando que se realiza por bote río abajo en Desaguadero.

Patacamaya. Pero el contrabando no sólo está en la frontera con el Perú, sino también en la región de Patacamaya, donde los comerciantes se dan modos para ingresar electrodomésticos y otros artefactos en complicidad con los lugareños que incluso se han dado la tarea de escribir grafitis amenazando contra la vida de los efectivos del Control Operativo Aduanero (COA) en muros de adobe a lo largo de la carreta La Paz-Oruro. Algunos de estos grupos están asentados en el sector de Ventilla, correpondiente al municipio alteño. Un oficial del COA, quien realizó una requisa y halló celulares de contrabando, afirmó que los pobladores son mucho más peligrosos que los contrabandistas, “te vigilan y siguen en vehículos e incluso están armados. Hay momentos en los que no se sabe cómo van a reaccionar”.

Narcotráfico. Un negocio ilícito que en los últimos dos años ha crecido, generando ganancias de hasta en 1.000% es la droga.

En Konani, población ribereña del Titicaca, existen clanes que se dedican a este negocio. A unos metros del Lago Sagrado existen barcazas de madera que realizan inusuales pescas al mediodía y algunas veces por las tardes, cuando la luz del sol se va escondiendo y los efectivos militares ya han cumplido con sus labores rutinarias.

Una comerciante, que prefiere guardar su nombre en reserva, y que continuamente transita entre La Paz-Copacabana-Konani-Yunguyo, refiere que los agricultores y pescadores prefieren trasladar droga entre Konani y Tito Yupanqui por hasta 1.000 dólares, dependiendo de la cantidad y riesgo que ello implica.

La mujer dice que “los pobladores han hecho aparecer nuevas embarcaciones y vehículos de la noche a la mañana que usan para trasladar la droga, en su mayoría pasta base de cocaína”.

Cerca de Desaguadero, otro efectivo policial – casi a escondidas,  afirma que el contrabando y tráfico de drogas está protegido por dirigentes indígenas que conocen a los proveedores.

El policía dice que “no permiten que ni la policía se acerque a los puntos donde se realizan los intercambios ilícitos”.

Debido a que este negocio ha tomado fuerza en estas regiones, además del norte integrado de Santa Cruz, hablar de ello se hace complicado con los pobladores, quienes internamente han prohibido hablar a su gente cuando son consultados sobre este tópico.

Al caminar por varias de estas desoladas calles, se puede observar cómo jóvenes y adultos murmuran ante la visita de un extraño, incluso la Policía parece cuidarse de los extranjeros, para evitar problemas.

1000 dólares es el costo mínimo que percibe un poblador por el traslado de droga en barcazas por el lago Titicaca.

ADMITEN QUE HAY MERCADOS ILEGALES

De acuerdo con el asambleísta del MAS, Edgar Torres, hay 10 mercados ilegales de coca en la Federación del Trópico, 9 en la Federación Carrasco, cinco en la Federación de Bulo Bulo, dos en la Federación Yungas Chapare, uno en Centrales Unidas y uno en la Federación Chimoré donde se desvía la hoja de coca.

Son estos mercados ilegales, que el Gobierno identificó y dijo que son utilizadas para la elaboración de cocaína. Los mismos funcionan desde 1998, de acuerdo con Erbol, labor conocida por la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin). Esto ha hecho que el acopio de droga y hoja de coca en el occidente se duplique ante la falta de insumos para un mejor control en las rutas nacionales.