Nadal salta un buen escollo

Se cuentan con los dedos de una mano las despedidas prematuras de Rafa Nadal en los grandes torneos. Los rivales lo saben y, por ello, intentan armar sus cabezas con la mayor de las frialdades. Pero tampoco eso suele funcionar. El último en comprobarlo ha sido una de las joyas del circuito, el polaco Jerzy Janowicz. Narración.

El joven jugador exhibió un talento natural para este deporte y llegó a tener al español contra las cuerdas pero acabó hincando la rodilla en el suelo como el resto para acabar derrotado por 7-6 y 6-4 en una hora y 49 minutos. No parece que la pronta eliminación en Wimbledon haya incidido en el carácter y personalidad de Rafa que, a pesar de mostrar algunas deficiencias físicas temporales por la falta de ritmo competitivo -sobre todo en las arrancadas-, mantiene el alma de campeón.

El encuentro se inició con un Janowicz muy motivado y consciente de sus posibilidades. El servicio era su mejor aliado y con este ‘modus operandi’ trajo por la calle de la amargura al español, quien apenas podía contrarrestar los obuses del polaco.



Mientras tanto, el manacorense mantenía su saque no sin algunos problemas como le ocurrió en el primer partido ante Levine, alternando golpes ganadores con errores no forzados poco comunes en él. Ninguno de los dos daba su brazo a torcer hasta el 5-4. En ese momento, Nadal gozó de dos bolas de set pero no supo aprovecharlas.

Janowicz siguió a lo suyo y empató el parcial para, con su saque, ponerse 6-5 a favor. Con este panorama, el español se diluyó. Sin embargo, cuanta mayor es la presión que ostenta su raqueta más se multiplican los golpes ganadores de éste. Así reaccionó para poner el 6-6 en el marcador y llegar a la muerte súbita.

En el desempate, Nadal acusó el golpe moral de las dos bolas de set anteriores que no pudo convertir. Ante esto, el polaco se puso con una ventaja de 5-2 pero para Rafa cuanto mayor es el reto mayor es el talento que desprende. El manacorense logró remontar el mini-break, llevarse el set y, de paso, asestar la primera cornada a la moral de Janowicz.

Ímpetu de Nadal con remontada incluida

Pero el polaco no es uno más. Con una muñeca de seda, desarboló los planes de Rafa en forma de servicio. "Su servicio es muy potente y su derecha y su revés pueden ser muy peligrosos. Será un jugador difícil de ganar, tuvo muchos altibajos", dijo Nadal a la conclusión. Pero no todo es saque. La tercera bola de cada punto solía terminar con un revés liftado al que Nadal, retrasado al fondo de la pista, era incapaz de llegar. Con eso se llegó al 3-0 a favor del polaco.

Todo indicaba un set apacible para Janowicz pero realmente no hizo más que despertar a la bestia. A continuación, Nadal dejó a un lado la frustración y comenzó una magistral remontada que, a medida que iba escalando en el marcador apartaba más al polaco del partido.

En el último juego, Rafa se desmelenó del todo y arrolló a Janowicz, que vio como el español cerraba el set con su mejor arma, el servicio. El australiano Matosevic pondrá a prueba la fiabilidad en cuartos de final de un Nadal que combina luces y sombras pero que mantiene su carácter de campeón.

Por su parte, la sorpresa del día la protagonizó Andy Murray, quien cayó derrotado ante el letón Ernests Gulbis por 6-4 y 6-3. El británico, que llegaba a Montreal con una racha de 13 victorias consecutivas tras ganar los títulos en el césped de Queen’s y Wimbledon, realizó muuchos errores no forzados y encadenó tan sólo 12 golpes ganadores.

Fuente: ATB.

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