Evo, Maquiavelo y el “ventajismo electoral”

EVOCHANT Con su conocida instructiva a ministros, gobernadores y alcaldes del oficialismo para “dedicar el 50% del tiempo a la gestión y el otro 50 a la campaña”, Evo Morales confiesa públicamente el “ventajismo electoral” que pretende poner en práctica su gobierno para procurarse la reelección.

La citada expresión se hizo famosa primero en la Venezuela de Chávez, en alusión al uso y abuso del aparato estatal (funcionarios, bienes y medios de comunicación) a favor del candidato oficial.

Evidentemente, tal práctica queda fuera de los principios democráticos, que suponen entre otras cosas la igualdad ante la ley, en este caso de los diversos postulantes.



Incumplimiento de funciones y uso indebido de bienes del Estado serían los delitos en los que incurrirían los funcionarios que acaten el úkase de Morales, que serán sin duda la mayoría.

Estamos, por lo tanto, ante una incitación a delinquir lanzada desde la misma cabeza del Estado.

Esta es la anomia a la que ha llevado la cultura del “le meto nomás”, que subvalúa lo jurídico por debajo de lo político.

Nicolás Maquiavelo, a cuyos escritos sería supuestamente afecto el vicepresidente García Linera, dividía los regímenes en repúblicas y principados, siendo los primeros aquellos donde el gobernante está sometido a las leyes, y los segundos aquellos donde los gobernantes están por encima de las normas.

Queda claro que, en tal criterio, Bolivia ya no es una república…

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