Cuidado: Sangre en la orina es el síntoma más frecuente del cáncer de vejiga

La presencia de sangre en la orina (llamada hematuria) es el síntoma más frecuente del cáncer de vejiga y puede manifestarse en más del 70% de los casos.

Lima. Sin embargo, la sangre en la orina puede ser mínima (microhematuria) por lo que será necesario un análisis para confirmar este cuadro y proceder con el tratamiento, dos de los cuales ofrecen más ventajas; la resección transuretral (RTU) con láser y la cistoscopia flexible.



Así lo dio a conocer Jorge Saldaña Gallo, urólogo y director médico de la Clínica de Urología Avanzada UROZEN, quien señaló que otros síntomas, aunque menos frecuentes, son: dolor o escozor al orinar, necesidad de orinar sin tener orina (tenesmo), ganas de miccionar de manera más frecuente, disminución de la fuerza y calibre del chorro de la orina y la obstrucción urinaria.

Estos síntomas incluso pueden presentarse asociados a enfermedades benignas como la infección urinaria o el agrandamiento de la próstata, que pueden hacer pasar desapercibido el problema.

Según el especialista gran parte de estos casos pueden atribuirse al consumo de tabaco, así como a exposiciones ocupacionales, sobre todo a sustancias aromáticas como gomas, tintes, pinturas, metal, etc. También pueden estar relacionados a infecciones crónicas del tracto urinario y al uso de determinados medicamentos.

Sin embargo, muchas veces esta enfermedad se diagnostica en personas que no tienen ningún factor de riesgo. En países desarrollados el cáncer de vejiga es el quinto cáncer más frecuente y la segunda neoplasia en la vía urinaria masculina, solo superado por el cáncer de próstata, y la mayoría de casos son diagnosticados entre los 65 y 75 años.

De acuerdo con Saldaña, cuando se presentan los síntomas, las personas afectadas deben acudir al médico urólogo a fin de practicarse las pruebas necesarias e iniciar un tratamiento temprano. Este cáncer es curable, sobre todo en estadios tempranos.

Se debe hacer un diagnóstico precoz del cáncer de vejiga mediante una prueba de inmunofluorecencia asociado a una cistoscopia flexible, que consiste en ver el interior de la vejiga y la uretra bajo anestesia mediante una microcámara unida a una sonda especial y, a través de éste, hacer fluir una solución salina para llenar la vejiga de modo que permita una buena observación de la pared vesical en su totalidad, a diferencia de la cistoscopia convencional, que tiene zonas ciegas que no pueden ser observadas.

El director de UROZEN expresó que uno de los tratamientos quirúrgicos del cáncer de vejiga que ofrece mayores ventajas (como menos dolor y una rápida recuperación) es la resección transuretral (RTU) convencional o con láser para casos de tumores superficiales.

Consiste en emplear un aparato denominado resector que se introduce en la vejiga a través de la uretra a fin de extraer (resección) pequeños fragmentos del tejido vesical tumoral y de todas las zonas que la rodean.

Luego de la intervención se coloca una sonda vesical que debe ser retirada entre los 2 y 7 días después, aunque el alta hospitalaria suele ser a las 24 horas. En algunos casos, luego de la cirugía, se puede iniciar inmunoterapia para mejorar la tasa de cura de la cirugía, la cual deberá ser aplicada semanalmente dentro de la vejiga por un mínimo de seis semanas.

Solo en casos de tumores muy agresivos o profundos, donde el tumor ya avanzó hasta áreas profundas de la vejiga, el tratamiento deberá cambiar por la remoción completa de la vejiga y sus alrededores, mediante una cirugía denominada Cistectomía radical, la cual puede hacerse con la cirugía convencional (abierta) o laparoscópica.

Fuente: peru.com