La muerte de Brittany Murphy a los 32 años y en la cima de su carrera fue un accidente que podía haber sido evitado. Así lo diagnosticó la autopsia oficial que se realizó tras su fallecimiento en 2009 y que determinó que la actriz de Clueless (Fuera de Onda) y 8 Millas había muerto da causa de neumonía mal tratada unida a una posible anorexia y a una intoxicación con los medicamentos prescritos para su afección pulmonar. Sin embargo, una evaluación forense independiente realizada a petición del que dice ser su padre biológico, Angelo Bertolotti, ha detectado en los restos de la actriz una inusual concentración de metales comunes típicos en matarratas e insecticidas y posiblemente culpables de su muerte.
Bertolotti había demandado una segunda autopsia oficial que nunca fue realizada y por el momento los nuevos resultados no vienen acompañados de una nueva investigación. Pero las nuevas pruebas ahondan en un misterio más próximo a una trama de película de Hollywood, en especial cuando el marido de la actriz, Simon Monjack, murió tan sólo 5 meses más tarde que su esposa con los mismos síntomas.
En sus declaraciones a la prensa, Bertolotti no ha mencionado a nadie como posible sospechoso aunque ha dejado claro que se trata “claramente de un asesinato”. La madre de la actriz, Sharon Murphy, es la única heredera de la joven estrella. “No me quedaré tranquilo hasta que la muerte de mi hija se investigue con propiedad –indicó el padre a la prensa-. La prensa amarilla se encargó de propagar rumores que mancharon la reputación de Brittany. Mi hija no era ni anoréxica ni drogadicta como indicaron”. El envenenamiento por culpa de estos pesticidas puede tener una sintomatología similar a la anorexia, indicaron las mismas fuentes.
Fuente: www.elpais.com