Cardenal de Bolivia: “una nueva sociedad requiere de medios de convivencia”

Julio Terrazas: “como amigo, el papa Francisco es extraordinariamente cercano”, revela el cardenal.

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El cardenal Terrazas en la entrevista con Página Siete.



El cardenal Julio Terrazas afirmó que en los ocho años de Gobierno de Evo Morales se han hecho "cosas interesantes, buenas, radicales”, como el haber "visibilizado” la vida de los campesinos e indígenas, al abrirles la posibilidad de ser "autores de su propia historia y no repetidores de historias aprendidas”, pero al mismo tiempo advirtió que la construcción de un "mundo nuevo exige posturas nuevas” y la búsqueda de medios de convivencia.

"Exige un compromiso renovado sin dejar a nadie en el camino, sin perseguir a nadie, sin sacar a nadie del país, sin encarcelar, sin estar con la mentalidad de que a Bolivia lo vamos a hacer un paraíso multiplicando las cárceles, sino realmente buscando medios de convivencia, comprometiendo a todos en un trabajo donde cada uno ponga sus talentos al servicio de nuestro país”, dijo el prelado.

Entrevistado en Santa Cruz para los desayunos de Página Siete, monseñor Terrazas habló de su amistad con el papa Francisco, hizo un balance de su primer año de pontificado y expresó su confianza en una pronta visita del Sumo Pontífice a Bolivia, aunque dijo que probablemente no será este año.

"Como amigo, es extraordinariamente cercano”, resumió. "Es el Papa que con toda su fuerza y con todo el vigor también de una Iglesia, que es la Iglesia Latinoamérica, sabe decir las cosas con una claridad extraordinaria y que todos comprendemos”, subrayó.

El papa Francisco cumplirá el próximo 13 de marzo su primer año de pontificado. ¿Cuál es su balance de este primer año de papado?

Cardenal – Yo colocaría la presencia del papa Francisco en la Iglesia como una respuesta de vida y esperanza. Una Iglesia, en primer lugar, que esperaba un lenguaje que nos saque de ese estar arrastrándonos para buscarnos y destruirnos dentro de nosotros, como si ya todo se hubiera acabado y no se pudiera hacer nada. El Papa es la voz de esperanza. Un aniversario que se nos viene cierto, no con un optimismo banal, politiquero, populachero, sino con un optimismo real en la persona de Cristo que venció a la muerte y el pecado. A nosotros nos toca ya disfrutar de eso, pero trabajando no con los brazos cruzados, no esperando que vengan acontecimientos de los astros, sino en el trabajo diario, la consagración de la vida de cada día y en defensa de la vida total, no en los términos  de los privilegios de que unos tiene que vivir bien y los otros mal, de unos que tienen que morir para dar espacio a los quieren vivir egoístamente. Yo creo que  se va a hablar mucho y, sin duda, ya ha comenzado a hablarse del pontificado del papa Francisco. Es la presencia que ha levantado el espíritu de la Iglesia y de los creyentes. Ustedes conocen bien las campañas a las que ha sido sometida la Iglesia en los últimos años, cómo se trata de denigrarla por toda, desautorizándola, diciendo que se acabó su época, que era importante inventar otra religión. Yo creo que causó por lo menos una especie de complejo, que con la llegada del papa Francisco, con un solo gesto, con un solo signo, ese día que se presentó en la plaza San Pedro, pudo llegar a tanto, de hacernos ver que es posible vivir aun en medio de las tormentas, y como esa tarde en San Pedro, levantar la cabeza para ver de dónde viene una voz nueva que nos dice vale pena seguir sirviendo al Señor.

¿Qué diferencia encuentra entre el pontificado de Francisco y el de Benedicto XVI? ¿Es sólo de estilo o hay una diferencia mayor?

Diferencia, hay. Evidentemente, el papa Benedicto  es un hombre de una gran sencillez, un poquito de timidez, que decía cosas extraordinarias también, pero que su salud, sus años, su experiencia, ya que ha trabajado mucho también en la curia, lo hizo un poco más cauto. Con un lenguaje muy popular y muy actualizado, Benedicto ha sido también un modelo. Ahora tenemos un Papa que no caído de la luna, es el Papa que con toda su fuerza y con toda el vigor también de una Iglesia, que es la Iglesia Latinoamérica, sabe decir las cosas con una claridad extraordinaria y que todos comprendemos. No dice palabras para arrancar aplausos, dice palabras para citar lecciones, para que realmente pensemos, para que no nos hagamos la ilusión de que teniendo sólo lo material vamos a ser felices, y eso va especialmente para América Latina y para muchos países donde se está pensando que, porque nos están llenando de cosas materiales, ya se alcanzó la felicidad  o ya estamos llegando al paraíso terreno, una utopía han querido fundar sin referencia a Dios. Yo creo importante saber que hay un Dios que nos está llamando, que nos está convocando y que nos quiere en pie, no arrodillados delante de cualquier solución que solamente ofrece cosas materiales.

Usted lo conoce personalmente, no de ahora sino de hace años, incluso tienen una relación de amistad, ¿cómo es el papa Francisco en ese plano?

Como amigo, extraordinariamente cercano. Era un poco reservado, si se quiere, en algunos momentos, porque era un hombre de mucho pensamiento o lo es todavía. A él le gustaban sus momentos de soledad para poder medir bien sus palabras, medir todo lo que realmente se requiere decir. Yo lo he encontrado siempre como alguien en quien se podía confiar, hacer un análisis para encontrar la soluciona adecuada a un problema. Hemos trabajado juntos como presidentes de nuestras conferencias episcopales y he podido ver que las respuestas que daba a los problemas, multiplicados al por mayor en relación a nuestro ambiente, eran palabras de aliento para que no sigan creando ese clima de suspicacia, de desconfianza que reina en muchas de nuestras sociedades. En ese sentido ha sido un gran comunicador de la fe y de la fe en Cristo nuestro Señor, que es, y él lo repite con gran claridad, la fe en la Iglesia como pueblo de Dios, como pueblo elegido para anunciar no una verdad cualquiera, sino la verdad de Jesucristo que es de hoy, mañana y siempre.

El presidente Evo Morales estuvo con el Papa recientemente, ¿qué evaluación hizo la Iglesia  boliviana de esa entrevista?

Sabemos lo que se ha comunicado por la prensa, por el comunicado de prensa del Vaticano, que trataron los problemas que existen en Bolivia, problemas de pobreza, problemas de educación, problemas de salud, y que la Iglesia aporta bastante con su sacrificio para solucionarlos. Lo único que le interesa  a la Iglesia es tener la libertad que requiere, porque la palabra de Dios no está encadenada a nadie. Es un instrumento y la Iglesia tiene  que utilizarlo de acuerdo al plan de Dios y no de acuerdo a planes pasajeros o cálculos, de acuerdo a algún otro criterio.

Estos días se conmemoró un nuevo aniversario de la creación del Estado Plurinacional. ¿Cuál es su evaluación de los ocho años de gestión del presidente Morales?

En Bolivia hay ciertas cosas interesantes, buenas, radicales, que se han hecho. Nosotros destacamos con  mucha lealtad el hecho de haber visibilizado la vida de nuestros hermanos del campo y de los pueblos nativos, de abrirles la posibilidad de ser autores de su propia historia y no repetidores de historias aprendidas de memoria. Yo creo que Bolivia entera, todos de una u otra forma, tiene que ceder, tratar de comprender que el mundo nuevo exige posturas nuevas, exige un compromiso renovado sin dejar a nadie en el camino, sin perseguir a nadie, sin sacar a nadie del país, sin encarcelar, sin estar con la mentalidad de que a Bolivia lo vamos a hacer un paraíso multiplicando las cárceles, sino realmente buscando medios de convivencia, comprometiendo a todos en un trabajo donde cada uno ponga sus talentos al servicio de nuestro país.

¿Cómo ve en este momento las relaciones entre la Iglesia y el Estado?

La Iglesia nunca ha tenido relaciones secretas, siempre, al menos  en nuestra patria Bolivia, hace años que mantenemos un postura de decirle al pueblo que existe esperanza cuando hay que avanzar en paz, justicia y en verdad, y decirle al Gobierno que esa paz, esa justicia y esa verdad dependen también de ellos. No es que uno  sumisamente va a conquistar la paz y la justicia, si los otros no son capaces de abrir los caminos que tienen una diversidad, pero una diversidad que humanice a todos y no que hunda a unos y solamente beneficie materialmente a otros.

“No todos estarán de acuerdo con lo que uno dice”

"No todos estarán de acuerdo con lo que uno dice, pero no sólo con lo que uno dice, sino con lo que dice la palabra del Señor”, afirma el cardenal Julio Terrazas al admitir las dificultades que le impone su ministerio en sus relaciones con el poder.

"No hay ningún día en que uno esté alejado de la cruz”, dice, tras recordar que Jesucristo fue el primero en tomar su cruz. "Hay que volver a comprender ese servicio y retomarlo como nos dice el papa Francisco cada día”, agrega.

Nacido en Vallegrande el 7 de marzo de 1936, Julio Terrazas Sandoval fue obispo de Oruro y arzobispo de Santa Cruz de la Sierra. Como cardenal ha participado en la elección de los papas Benedicto XVI y Francisco.

"Tratamos de ser fieles, pero repetir la palabra tal como el Señor quiere, en toda su dimensión, tal vez a algunos no les gusta; algunos prefieren palabras que se hacen signos medio mágicos o bendición para su empresa, pero la justicia de compartir, el ser elemento de una nueva forma de vivir, eso les cuesta, eso nos reprochan cuando tratamos de llevar la verdad de Cristo. El hombre también tiene su verdad, pero la Iglesia no es de un grupo, trata de dar la palabra a todos”, concluye el cardenal en la entrevista concedida a este matutino en Santa Cruz.