¿Estás pasando por un mal momento financiero? ¿Es correcto hablar con tus hijos de ello? Por supuesto que sí, siempre y cuando no des más información de la que necesitan. Hablar con tus hijos sobre los problemas financieros de la familia puede beneficiarte. Entérate de cómo hacerlo.
¿Es necesario contarles nuestro problemas económicos?
Lo primero que piensas cuando tu situación económica cambió para mal, es que tus hijos no se den cuenta y tratar de seguir dándoles la vida y las comodidades que tuvieron hasta ahora.
Pero cuando la situación se hace insostenible y debes comenzar a hacer recortes significativos, que directamente afectan a los más pequeños -como las salidas al cine o al local de comidas rápidas los fines de semana, o cualquier otra actividad que tus hijos sienten seguras y de pronto desaparecen- es mejor decir la verdad, pues de lo contrario creerán que hicieron algo mal o que es una especie de castigo.
Ningún extremo es bueno. Ni ser sobreprotector y hacer de cuenta que no pasa nada, ni recortar y ahorrar en cosas que antes disfrutaban, pero sin explicación alguna.
Lo ideal es ser claro y conciso, pero sin entrar en demasiados detalles que puedan asustarlos ante la nueva situación financiera.
¿Cómo hablar con los hijos sobre problemas financieros?
La explicación debe ser breve, clara, y adecuada a la edad de los pequeños. Trata de pensar antes de hablar, para poder comunicar de manera simple cuáles son los cambios que se podrán vivenciar en las próximas semanas. Además, debes dejarles en claro que esta es una situación pasajera, y que tanto mamá como papá trabajarán duro para superarla, pero que por supuesto, necesitarán de su apoyo.
No esperes que de un momento a otro cambien sus gustos y deseos, pero sí puedes enseñarles la diferencia que hay entre lo que se quiere y lo que de verdad se necesita. Tus hijos aprenderán que no necesitan cosas materiales para pasarla bien. Enséñales a buscar actividades divertidas para hacer los fines de semana que no requieran gastar dinero, como pasar la tarde en el parque o ir a patinar.
Tus pequeños entenderán de a poco que el dinero no crece de los árboles o que aparece mágicamente en las billeteras, sino que hay que cuidarlo y gastarlo en los bienes y servicios realmente necesarios para vivir dignamente. Los gustos podrán esperar, así como también aquel juguete que parece tan fabuloso.
Una familia debe funcionar como un equipo, en donde cada integrante trabaja para lograr el bien común.
Fuente: www.imujer.com