Cristiano ya tiene su final

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Entre los síntomas más terribles del vértigo está el impulso de arrojarse al vacío. Con la fatalidad sucede igual. Quien se ve atropellado por ella corre el riesgo de zambullirse en su propio infortunio. Eso ha ocurrido con el Atlético en el global de la eliminatoria. Primero fue atacado por la suerte, aquel primer gol de rebote. Es posible que la desgracia terminara ahí y que lo siguiente, incluido el segundo rebote y los penaltis del Calderón, no haya sido más que vértigo y ganas de arrojarse al vacío.

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Fuente: huffingtonpost.es