Mentiras desde la Cumbre

CELAC La Cumbre de la CELAC declaró en días pasados a Latinoamérica como “zona de paz”. Es una auténtica burla a la población de toda la región que una declaración de este tipo se haga por parte de un organismo presidido por el (vice)dictador cubano Raúl Castro y en La Habana, precisamente donde se planificó desde la introducción de misiles soviéticos hasta la invasión de Angola, pasando por innumerables incursiones bélicas no convencionales en diversos países latinoamericanos, Bolivia incluida.

Es preciso recordar que la citada crisis de los misiles fue tal vez el momento en que la humanidad estuvo más cerca de una tercera guerra mundial, para calibrar las dimensiones de la Gran Mentira emitida desde la Cumbre.

Es también risible, al tiempo que indignante, que entre quienes hacen gala de este seudo-pacifismo se encuentre el presidente Evo Morales, quien impulsa un proceso armamentista con financiamiento ruso, a la vez que parece estar tejiendo algún tipo de acuerdo nuclear con el Irán belicista de los ayatolas.



La Celac no hizo otra cosa que repetir aquella vieja práctica de la URSS que, mientras desarrollaba armas atómicas y enviaba tanques de guerra para aplastar brotes de libertad en distintas naciones, organizaba “Congresos de Paz” a los que se prestaban numerosos compañeros de ruta occidentales.

Y es que compañeros de ruta es lo que han accedido a ser la gran mayoría de los presidentes democráticos latinoamericanos que se hicieron presentes en La Habana, con las solas excepciones de los mandatarios de Chile y Costa Rica, quienes se atrevieron a desafiar la furia castrista reuniéndose con representantes de la disidencia cubana.

Una vez más se confirma la certeza de aquella sentencia de Edmund Burke: “para que el mal triunfe, solo hace falta que los buenos no hagan nada para evitarlo”…

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