Ronan Farrow, ha nacido una estrella (de la televisión)

el_periodista_ronan_farrowEl hijo de Mia Farrow y Woody Allen (¿o es de Frank Sinatra?) debuta el 24 de febrero como presentador de un programa de noticias

“Crecí en una familia con niños adoptados de todo el mundo. Tengo un hermano profesor, otra artista gráfica, un abogado y un carpintero. Yo era uno de 14. Allí nadie podía ser el centro de atención”. Ronan Farrow es otra pieza clave en esa nueva guerra desatada entre los hijos de Mia Farrow y su ex pareja, Woody Allen. Además de defender a su hermana Dylan (que ha publicado una carta en The New York Times acusando a Allen de abusar sexualmente de ella cuando tenía siete años), su madre declaró en octubre a Vanity Fair que Ronan podría ser hijo de su exmarido, Frank Sinatra, y no del cineasta con quien hizo 13 películas en 13 años.

Ronan tiene otro hermano que borró con photoshop el rostro de Allen de cada foto, y lo hizo desaparecer de cada vídeo casero para que todos pudieran recordar los buenos tiempos, sin ver la cara del “depredador que destrozó a la familia”. Las comidas en casa eran como una Asamblea General de Naciones Unidas: blancos, negros, asiáticos. Hasta que estalló el escándalo: Allen fue acusado de abusar de Dylan en 1992. Poco antes, Mia Farrow había descubierto la relación de su entonces pareja con su hija adoptiva, Soon-Yi Previn, al encontrar fotos desnudas de la chica en el apartamento del director (Farrow y Allen siempre vivieron en casas separadas).



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Ronan junto a su madre, Mia Farrow

Ronan está a punto de convertirse en una estrella de la televisión. El 24 de febrero, a la una de la tarde, debutará como presentador de un programa de noticias en el canal estadounidense MSNBC. “En este oficio hay que encontrar nuevo talento. Empecé a seguir a Ronan en Twitter y me encantó. A los 20 minutos de nuestra entrevista ya quería contratarlo”, cuenta Phil Griffin, presidente de la cadena.

El chico ha aprovechado el tiempo: de pequeño acompañaba a su madre en sus viajes con Unicef, hizo Derecho en Yale, trabajó con el diplomático Richard Holbrooke en Pakistán y Afganistán, se unió al Departamento de Estado como asesor de Hillary Clinton y estudió relaciones internacionales con una beca Rhodes en Oxford. También ha escrito sobre derechos humanos y política exterior para The New York Times, The Wall Street Journal o Los Angeles Times. Y tiene un físico irresistible frente a la cámara.

Ronan se parece a su madre. La genética impresiona: nieto del director y guionista John Farrow y de la novia de Tarzan, Maureen O’Sullivan; sobrino de la mujer que inspiró la letra “Dear Prudence” escrita por John Lennon.

Él creció lejos de Hollywood, en una granja en Connecticut. Fue un niño precoz: a los 11 años ya estaba en el college. A los 18, en Yale. “Era un nerd”, confiesa Ronan en una entrevista con The Guardian. “Mi madre siempre me apoyó, quería que fuera más normal”, dice, recordando que a los 10 años fue a Sudáfrica junto a Mia Farrow para entrevistarse con Nelson Mandela. A aquel primer contacto le siguieron muchos más viajes a África. Incluso contrajo una infección de huesos en Sudán que le dejó en una silla de ruedas durante un tiempo. Ahora que apuesta por la televisión, está preparado para que su vida privada salte por los aires. “Sé que no todo será amable. Dirán cosas. Pero queremos contar historias reales y espero que la gente me quiera o me odie por mi trabajo, no por quien soy”.

Su programa todavía no tiene nombre. La cadena baraja tres: Times New Ronan, Ronan el Bárbaro o El imperio de Ronan. “No estoy muy seguro de ese último…”. El futuro presentador lleva cuatro meses puliendo su fórmula en el estudio. El anuncio llegó justo cuando Mia Farrow declaró que podría ser hijo de Sinatra (“Frank y yo nunca llegamos a cortar”, dijo la actriz a Vanity Fair). “En aquel momento hubo una conversación muy seria en la cadena sobre si aquello podría afectar al programa”, recuerda Ronan. ¿Su solución? Bromear en Twitter: “posiblemente todos somos hijos de Frank Sinatra”.

“Ok, lo entiendo, es divertido y salvaje. Hay aspectos muy jugosos en esta historia. Soy capaz de verlos, como todo el mundo”, insiste Ronan en The Guardian. “Pero… ¿cómo pasamos página y hablamos de lo que realmente importa”.

Fuente: www.revistavanityfair.es