Venezuela y el inmoral silencio de la OEA

jose-miguel-insulza La Organización de Estados Americanos (OEA), bajo el comando de su secretario general, el siempre sinuoso José Miguel Insulza, no parece estar jugando un rol relevante en la pacificación y democratización de Venezuela, en momentos álgidos para ese país.

La única reacción de la entidad, luego de fuertes cuestionamientos internacionales, ha sido emitir una tibia nota pidiendo al gobierno de Nicolás Maduro una “investigación veraz” sobre las ejecuciones de estudiantes universitarios que protestaban contra esa misma administración de claros tintes autoritarios. Es decir, un saludo a la bandera.

En ese contexto, el jurista internacional Asdrúbal Aguiar, ex integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, le recordó a Insulza a través de una misiva que Venezuela está violando la Carta Democrática Interamericana, lo que amerita una convocatoria urgente al Concejo Permanente de la OEA para que “considere la grave deriva dictatorial” del gobierno de Maduro.



La pasividad de la Secretaría General contrasta fuertemente con el activismo asumido cuando ex presidentes de Honduras y Paraguay alineados con la ALBA fueron objeto de destituciones parlamentarias, momento en que Insulza saltó rápidamente a la palestra para calificar esas medidas como “golpes de Estado”.

Todo apunta a que estamos ante un funcionario que no se debe a la legalidad interamericana, basada en convenciones y tratados, sino a un club de amigos políticos.

Lo que significa, lamentablemente, que el neo-populismo no solo está destrozando las instituciones democráticas de los países que han caído bajo su férula, sino que también está desmontando la institucionalidad continental. Triste legado para la región…

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