En Bolivia, pérdidas por el clima pasarán a las del 2008

El efecto en la economía el 2007- 2008 representó alrededor de 4% del PIB.

El país no tiene desarrollados sistemas de alerta temprana y menos en gestión de riesgos, lo que implica un efecto negativo para nuestra economía.

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EL DÍA

Ref. Fotografia: Las pérdidas por inundaciones en la zona amazónica del Beni suman viviendas, animales y población damnificada, aún incuantificable.

Mientras el Gobierno, los sectores productivos agrícolas, ganaderos y  conjuntamente las gobernaciones y municipios del país se encuentran todavía en tareas de atención de emergencias y en proceso de cuantificación de daños como consecuencia de las lluvias e inundaciones, el impacto en la economía, día que pasa, va sumando más cifras y pérdidas, sobre todo en el sector pecuario y en menor proporción en la parte agrícola. Según expertos, la situación podría ser mucho mayor al 2008, donde a consecuencia de los desastres naturales el país perdió cerca de 550 millones de dólares, representando hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.  

“El costo económico total (directo e indirecto) de estos desastres fue de $us 443 millones en 2006-2007 y de $us 547 millones en 2007-2008. Estos montos representan entre el 3 y 4% del PIB”, sustentó, Marcelo Higueras Saavedra, experto en Recursos Naturales.

Además, en el caso específico del departamento del Beni, alrededor de 118.000 personas (27% de la población), fueron afectadas durante el 2008, casi tres cuartas partes del territorio sufrió inundaciones. Los daños en infraestructura, causados por los desastres naturales fueron de $us 204 millones ($us 44 millones en caminos, $us 89 millones en agropecuaria y $us 71 millones en viviendas). Esas cifras representaron las más altas que en el resto del país.

Cifras preliminares actuales. "Aún estamos en proceso de cuantificación de los efectos y pérdidas que nos ha dejado las inundaciones en el Beni y el resto del país", respondió Víctor Hugo Vásquez, Viceministro de Desarrollo Rural y Tierras.

Sin embargo, para Mario Hurtado, Presidente de la Federación de Ganaderos del Beni (Fegabeni), las cifras preliminares de pérdidas hasta este fin de semana ya superaron las 450 mil cabezas de ganado muertas, un 13,8% de los 3.250.000 reses con que cuenta el hato ganadero beniano.

Además se destaca que han sido afectadas siete provincias de las ocho que tiene,  con 16 millones de hectáreas inundadas en 11 de sus 19 municipios. "Esto no ha terminado, todavía seguimos en plena inundación. Por lo menos eso representa 270 millones de dólares en pérdidas, cuya rehabilitación demandará  otros tres a cinco años con una inversión aproximada de 250 millones de dólares", precisó Hurtado a requerimiento de El Día.

El Presupuesto General del Estado para 2014 es de $us 28.000 millones, por lo que el impacto sobre las arcas del estado sería mínimo, dice Jimmy Osorio, economista. "El sector agropecuario aporta al PIB alrededor del 13%, pero según informes del Gobierno central, la afectación a dicho sector fue de alrededor del 0,5% en ganadería y 1,2% en cultivos", puntualizó.

Asimismo, también los cambios climáticos afectan al transporte, construcción, hotelería y otros con menor incidencia en el PIB. "En consecuencia, mientras el cambio climático afecte de manera directa a sectores económicos con mayor incidencia en el PIB, la afectación será correlacional", argumentó Osorio.

Desde el Gobierno. El pasado viernes, Luis Arce Catacora, Ministro de Economía y Finanzas Públicas, adelantó que para la recuperación de los daños por inundaciones en el Beni y el resto del país se requerirán, según cálculos preliminares de dicha instancia gubernamental,  invertir entre 100 y 150 millones de dólares en las tareas de rehabilitación de las zonas afectadas por las lluvias e inundaciones solo por este año. "Aún no se acabó de hacer la evaluación, pero queda claro que van a rebasar los 100, 150 millones de dólares en inversión adicional para este programa de rehabilitación", enfatizó Arce, a tiempo de aclarar que esos recursos serán inyectados al margen del presupuesto de inversión pública que para este año es de $us 4.400 millones, explicó que esa inversión adicional tendrá "un efecto fuerte" en la economía nacional porque repercutirá en la reconstrucción de escuelas, construcción de viviendas y reparación de caminos.

Sin embargo, aclaro que el impacto en la economía del país con relación al PIB actual no sería significativo. "No se espera dentro del PIB 2014 un efecto fuerte", puntualizó.

El economista Armando Méndez señaló que el impacto de las inundaciones del Beni es demasiado significativa para el capital productivo y ganadero del país. "Es una situación que se va a reflejar en los próximos meses; por las grandes pérdidas económicas con un costo nacional y con una disminución de la producción. Eso implicará rediseñar una inversión pública para todo esto", apuntó. 

Las razones del azote del clima. El cambio climático y las represas brasileñas son mencionadas como causantes de la gran inundación en Beni. En el primer caso, si bien el país ha avanzado en procesos normativos, los efectos del cambio climático han sido significativos para la economía del país sobre todo en los últimos 7 años donde las lluvias (desborde de ríos, inundaciones), las sequías y otras atenuantes de la naturaleza han mermado de manera "extraordinaria" las arcas del Estado.  

Según los expertos, la preocupación es que el Estado no dispone de condiciones óptimas y menos oportunas como son los sistemas de alerta temprana, instrumentos logísticos para gestión de riesgo y menos de planes que impliquen disponer de recursos sostenibles en el tiempo para mitigar los efectos naturales.

"Estas son tareas estatales. El Estado es el único llamado para afrontar estos desafíos y prestarle mucha atención y eso implicará insumir gastos. Lamentablemente, en el país andamos muy rezagados en todo lo que se refiere a la mitigación. Sino que seguiremos teniendo una repercusión económica", precisó Méndez.

En tanto, el experto Higueras señala que seguimos siendo un país extremadamente jurista y poco operativos en la práctica. Cita por ejemplo que están vigentes normativas como: Ley de Derechos de la Madre Tierra, Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, Ley de Medio Ambiente, Ley de para la Reducción de Riesgos, proyecto de Ley Atención de Desastres Naturales, (aprobado por el Senado)  entre otros.

"Continuamos con una percepción de atención espontánea, post evento y hasta ahora no hemos asumido políticas preventivas y de gestión,  por el pensamiento tradicional de movilizarse después de los sucesos y no asumir medidas de prevención. Sin embargo, la Gobernación de Santa Cruz, el municipio de La Paz y algunos municipios de Tarija tienen un plan de Cambio Climático en implementación", puntualizó.

En cambio, Osorio hace mención que el gasto público de Gobernaciones y Municipalidades con respecto a la gestión de riesgos no pasa del 2% del total de su inversión, esto debido a que este tipo de gasto es elegible y no así obligatorio. "El gasto en gestión de riesgos, va ligado a la reconstrucción o rehabilitación no así a la prevención. En consecuencia de no adoptarse políticas básicas, como destinar un porcentaje obligatorio del gasto de gobernaciones y municipalidades a la gestión de riesgos, la afectación al desarrollo nacional irá en aumento", advirtió.

Apuesta

Los sectores productivos por un plan estratégico

Diseño.  Según Julio Roda, Presidente de la CAO, mediante la presencia de un experto que llegó del Brasil se viene desarrollando un plan estratégico para afrontar de manera preventiva las futuras inclemencias del tiempo. El objetivo es mitigar y minimizar que los desastres sean de magnitud como lo que viene sucediendo en el departamento del Beni.

Repoblamiento. Si bien los datos que dejaron los desastres en el Beni,  los ganaderos y los municipios involucrados en el desastre natural ya desarrollaron los primeros acuerdos con el Gobierno, cuya inversión inicial será de 30 millones de dólares para repoblamiento ganadero. Según este sector se tiene previsto desarrollar la compra de vientres y crías (vacas y terneros) traídos del Brasil en los próximos meses. 

Financiamiento. Por su parte el Gobierno, en lo inmediato para atenuar las pérdidas de las poblaciones benianas anticipó un financiamiento en condición de créditos blando por un monto de 50 millones de dólares. Sin embargo, Fegabeni apuesta a un financiamiento de $us 250 millones y otros $us  100 millones para rehabilitar el repoblamiento ganadero.  El Gobierno dice que pasó el momento "crítico", cuyo acuerdo con los ganaderos por ahora pretende  el abastecimiento normal de alimentos.

Procesos

La autonomía  de los gobiernos subnacionales

Urgencia. Los analistas coinciden que los planes de prevención de riesgo y alerta temprana deben ser asumidos a partir de las autonomías municipales y gobernaciones.

Los gobiernos autónomos debieran ser responsables  primero de políticas de prevención y gestión de desastres como de contingencia y la creación de instancias de alerta temprana con los sistemas que implica para su funcionalidad eficiente.

Vulnerabilidad. Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) en su mapa de vulnerabilidad alimentaria los municipios del país fueron clasificados en tres grupos: 90 municipios son considerados  de baja vulnerabilidad alimentaria La mayoría están en valles mesotérmicos y tierras bajas de Santa Cruz, Chaco de Chuquisaca y Tarija, Norte del Beni y La Paz. En tanto 109 municipios son de vulnerabilidad media, en  zonas de cabecera de Valle, pie de Cordillera, buena parte de Cochabamba, Pando y Chaco cruceño. Y 112 municipios de alta vulnerabilidad sobre todo en la zona de la Cordillera y Altiplano Sur.

Punto de vista

"El gran desafío es cómo administrar estos riesgos"

Roberto Laserna

Economista de la Fundación Milenio

‘No es cierto que Bolivia no contribuya al deterioro ambiental, lo ha hecho y lo está haciendo, sobre todo mediante la deforestación y el uso de tecnologías extractivas en la agricultura, la ganadería, la minería, y en la mala utilización de los carburantes y los deshechos urbanos. El PIB es una medida de actividad económica que no toma en cuenta estos costos y, por el contrario, puede resultar alentando el daño ambiental al ignorarlos, dándonos la ilusión de que nuestra economía crece cuando lo que en realidad hace es consumir riqueza de largo plazo, sin reponerla.

La mayor parte del Beni está en llanuras inundadizas. Esto lo saben todos y no es un tema reciente. Este es un riesgo que todos conocen y, de hecho, asumen. El gran desafío está en administrar estos riesgos, preparar medidas que los reduzcan y salvar los beneficios de un año para compensar las pérdidas de otro. La responsabilidad principal de diseñar este tipo de políticas corresponde a los empresarios. El Estado podría coadyuvar con políticas adecuadas pero no puede ni debe asumir toda la responsabilidad de hacerlo.

Bolivia fue de los primeros países en contar con una Ley de Medio Ambiente y el primero en incorporar el paradigma de desarrollo sostenible en sus planes de largo plazo. En los últimos años esa institucionalidad ha sido debilitada. Sus críticos no han podido reemplazarla y, más bien, han abierto las puertas a proyectos como el Tipnis’.

"Ya se ha firmado un acuerdo con el Gobierno para la compra de animales. Hay mucho trabajo que debemos encarar con el Gobierno. Para ello necesitamos crear sistemas de alerta temprana y de prevención".

Julio Roda

Presidente  De La Cámara Agropecuaria Del Oriente

"Las lluvias fueron las más intensas de los últimos 50 años. Eso duplicó la acumulación máxima de caudal de ríos” amazónico. En el occidente y sur del país vamos a tener temperaturas más bajas de lo habitual".

María René Pinto

Experta de  la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema)