Chile analiza plantear incompetencia de CIJ en discusión de fondo del litigio

Reconocen que la demanda boliviana es inteligente

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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile analiza como estrategia solicitar la incompetencia de la Corte Internacional de La Haya (CIJ) frente a la demanda de Bolivia, pero no través de un recurso de “excepción”, sino cuando se entre a la discusión de fondo en el litigio, según informa hoy La Segunda de Chile.

En ese sentido, el periódico del país vecino indica que en el canciller Heraldo Muñoz viajará en las próximas semanas a París -junto al agente Felipe Bulnes- para sostener su primera reunión con los abogados internacionales contratados por Chile para enfrentar la demanda boliviana en La Haya.

Según dicen fuentes diplomáticas chilenas, el punto principal a analizar será si Chile elevará ante la corte un recurso de “excepciones preliminares”, vale decir, pedir formalmente que el tribunal declare su incompetencia para tramitar la demanda paceña.

Tras la presentación de la memoria boliviana -primer documento que recoge en detalle sus argumentos-, Santiago tiene tres meses de plazo para presentar dicho recurso.

En las semanas previas, el ánimo en la diplomacia chilena, decían fuentes del equipo, apuntaba a la necesidad de pedir la incompetencia del tribunal. Aunque se admitía que para tener una decisión final era necesario conocer la memoria, también se explicaba que era necesario enviar una señal nítida -de corte más político- hacia el tribunal de que la demanda no es tolerable por las autoridades chilenas.

Esto, con miras a evitar que se repita un escenario como el del fallo de La Haya en el juicio Chile-Perú: el tribunal optó por una salida más “salomónica”, acogiendo completa la tesis jurídica de Santiago de la existencia de tratados previos pero, aún así, modificando la frontera marítima, recogiendo buena parte de la petición limeña.

Ahora, los primeros diagnósticos tras leer la memoria boliviana -dicen en RR.EE.- es que el documento fue elaborado de manera inteligente y cuidadosa, resguardando la mayoría de los flancos y que pone un escenario complejo para Chile.

En las reuniones que ha sostenido esta semana el canciller Muñoz y el equipo de defensa encabezado por Bulnes se ha comentado que la memoria incluso señala explícitamente que La Paz no está cuestionando el Tratado de 1904, que fijó los límites entre ambos países, y que sólo se limita a plantear que Chile no ha cumplido compromisos asumidos de que negociará una salida al mar con soberanía.

Sacar el Tratado de 1904 de la discusión es clave para La Paz. De lo contrario, Chile podría argumentar que la demanda no es válida, al pedir revisar un asunto previo a 1948, fecha del Pacto de Bogotá, que obliga a los países de la región a reconocer a La Haya como tribunal válido.

La vía alternativa sobre la mesa

En ese escenario, dicen fuentes diplomáticas, ha ganado fuerza la idea de que Chile plantee a La Haya no reconocer la competencia de la corte para resolver asuntos ya zanjados por tratados previos, pero no a través de un recurso de “excepción”, sino cuando se entre a la discusión de fondo en el litigio.

Vale decir: que Chile evite arriesgarse a que la corte le rechace un recurso de excepción, lo que sería destacado en Bolivia como un primer triunfo.

Esto fue abordado en las reuniones de RR.EE. con los parlamentarios. En esas citas, algunos personeros hicieron ver su inclinación por ganar a Bolivia “la pelea de fondo”, saltándose las excepciones preliminares. El argumento: si Santiago vence a La Paz en la disputa central, tras el juicio completo, habrá descartado para siempre una nueva arremetida. Pero si se gana pidiendo la incompetencia de la corte, argumentando elementos “de forma”, Bolivia podría reconfigurar su aspiración y, de todas formas, mantener abierta la polémica.

En todo caso, en RR.EE. admiten que «pasar» de las excepciones preliminares tendría un costo político y comunicacional: La Paz intentaría mostrar de todas formas que hubo una «derrota» chilena al no encontrar argumentos para impugnar el libelo.

De hecho, esta semana Morales ya dijo que en Santiago había “miedo” tras leer la memoria de su país. Esto, en el marco de la estrategia política y comunicacional lanzada por Evo para promover su postura, a nivel internacional y «sensibilizar» a la corte sobre su aspiración marítima. Ofensiva que ha tenido su contraparte en Santiago, con un diseño político y comunicacional que complementa los argumentos jurídicos (ver recuadro).

Muñoz y la polémica por Ominami

Varias críticas tuvo que escuchar esta semana el ministro Muñoz de parlamentarios en el Congreso, a raíz de la inclusión del ex senador Carlos Ominami en el Consejo Asesor de expertos por la demanda en La Haya. Algunos parlamentarios cuestionan que Ominami ha sido partidario de dar una salida al mar con soberanía para La Paz.

Ante esto, dicen algunos congresistas, Muñoz respondió que, en parte, la idea de sumar a Ominami era mantenerlo en una instancia que aminorara su espacio para asumir posturas por fuera de la línea oficial de RR.EE. Y agregó que, en cualquier caso, apartarlo del Consejo Asesor sería una señal negativa y que mostraría división interna en Santiago, lo que podría ser aprovechado por el gobierno de Evo Morales.

Los “chilenos notables” y la ofensiva política internacional de RR.EE.

La puerta para una salida al mar con soberanía para Bolivia “está cerrada para siempre”, dijo ayer el canciller Heraldo Muñoz, en una de las frases más duras despachadas hacia La Paz desde Santiago.

Los dichos -respaldados hoy por algunos parlamentarios, como el diputado Jorge Tarud (PPD)- se inscriben en la definición de la Cancillería chilena de disputar también en el terreno político y comunicacional el litigio con Bolivia. Esto, ante la ofensiva lanzada por Evo Morales en ese campo, para sensibilizar a la comunidad internacional sobre su aspiración marítima y poner presión al tribunal de La Haya.

En ese marco, una de las líneas de acción de la Cancillería chilena -además de contratar la asesoría de alguna agencia o experto comunicacional internacional, algo que se está evaluando- será apoyarse en figuras chilenas “notables”, reconocidas a nivel internacional, con el objetivo de que expliquen la postura de la defensa. “Por ejemplo, si el ex presidente Lagos abordara el asunto ante sus interlocutores, por supuesto que sería escuchado”, dicen en círculos diplomáticos.

Hace algunas semanas, Morales anunció que nombrará un embajador “itinerante” a nivel internacional para que promueva su posición en La Haya, rol que podría ser asumido -dicen en La Paz- por el ex presidente Carlos Mesa o el actual vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.

Fuente: ERBOL.