Justo cuando el gobierno de Evo Morales se encontraba jaqueado por denuncias de graves corruptelas, las cuales parecen tener sólida base de sustentación y afectan principalmente al vicepresidente Álvaro García Linera, el conflicto minero cambió la agenda de prensa, proporcionando una cortina de humo distractiva.
No vamos a afirmar de ninguna manera que se trate de una pelea pactada o una pantomima, ya que la molestia entre los cooperativistas mineros es real y la cifra de muertos y heridos así lo confirma.
Pero lo que sí llama la atención es que, estando el proyecto de nueva Ley Minera en carpeta desde tiempo atrás, el régimen eligiera precisamente esta coyuntura para lanzarlo, a sabiendas de que éste no había sido consensuado y, por lo tanto, podía generar disconformidad y enfrentamientos.
¿Estaremos ante otra de las “maniobras envolventes” de las que se ufana el segundo mandatario?
Si es así, los lamentables decesos de las últimas jornadas irían a engrosar la ya larga lista de pérdidas de vidas humanas acaecidas durante la era evista, en conflictos políticos y sociales donde existen importantes grados de responsabilidad, por acción u omisión, del actual gobierno. Una trágica lista que a la fecha bordea el centenar de fallecimientos…