Un hecho de violencia acaecido en la provincia Ingavi ejemplifica el tipo de procedimientos verticalistas que imperan al interior del partido de gobierno.
Al menos cuatro heridos fue el saldo de una agresión sufrida por los mallkus (dirigentes comunales) de ocho markas de dicha región, quienes no aceptaban la imposición de Rubén Chambi como candidato a diputado uninominal por la circunscripción 19, decidida a “dedazo” por la Dirección Departamental del MAS de La Paz.
Disidencia suficiente para que una tropa de choque de 200 personas atacara a los mallkus durante un ampliado regional realizado el sábado 28 cerca de Viacha.
“Dijeron que nosotros (los indígenas) deberíamos dedicarnos a pastar ovejas”, señaló una de las víctimas.
¿Será este el “centralismo democrático” mentado por el vicepresidente García Linera?
El caso no solo muestra la ausencia de democracia interna en el oficialismo, sino también la contradicción entre el discurso indigenista (utilizado para camuflar la naturaleza cocalera del régimen) y la práctica discriminatoria.
Al mismo tiempo, debe llamar la atención sobre la coerción que sufrirán quienes se atrevan a declararse opositores en ciertas zonas del país, violencia gangsteril que explicaría por qué en muchas mesas rurales del altiplano el Movimiento Al Socialismo registra extrañas “victorias” del 90 al 100% de la votación…