¿Y qué es de Percy?

Manfredo Kempff Suárez

manfredokempff21_thumb No sabemos si la oposición ha hecho algo para atraerse al alcalde. Cuando se está fuera de la política, como es mi caso, nadie le va a contar secretos a uno. Los jefes se perderían hasta ese íntimo gozo que causa ver cómo se transforma el alma humana, cómo se rebaja el ego, cómo traspiran de ansiedad las personas cuando se discuten los asuntos sobre el control del poder. Pero vemos con preocupación – ya lo hemos repetido hasta el hartazgo – que los cruceños no estamos unidos en la hora actual. A poco más de tres meses para las elecciones generales, cuando el enfrentamiento con el MAS será decisivo y la oposición no tiene mucha chance de ganar, resulta que existen hilos sueltos que no se han anudado, pero, sobre todo, un cabo grueso, poderoso, imposible de ignorar: Percy Fernández.

El MAS adula al alcalde cruceño día y noche. Lo lisonjea no desde ayer sino desde hace mucho tiempo. Sin embargo, no sabemos que el gobernador haya atraído a Percy (son grandes amigos según dicen ellos mismos) hacia el lado que, en todo sentido, le corresponde, por el respaldo ciudadano que ha recibido. Es decir que el alcalde, con su inmensa popularidad en la ciudad, está más cerca del oficialismo hostil a la región, que de los cruceños que le han dado su voto y que posiblemente se lo volverán a dar.



Leemos que en torno a la candidatura de Doria Medina se habla de captar a un personaje u otro que no aportan ni con mil votos y sin embargo no dicen nada de Percy Fernández, cercado de masistas, que sin recato alguno enarbolan las banderolas verduzcas de su agrupación. No es cosa de que Rubén esté como S. E. haciendo “empanaditas” con Percy y hablándole al oído, pero que haga algo para que de una vez el alcalde llame al voto por la oposición o que se declare partidario del MAS. O si no quiere que no diga nada ni por uno u otro pero que no ignore lo que está sucediendo y por venir.

El caudal de aceptación popular del alcalde va a influir, nadie lo duda, en el resultado de las elecciones en Santa Cruz. Me atrevería a decir algo más: la victoria en estas tierras de Dios se podría inclinar donde Percy Fernández se incline. Es por eso lo de PEVO, por eso son los halagos, las músicas, cántaros de chicha reventados, colas de chupamedias, y risotadas por chistes opas. Ese fandango pueril no debería borrar nunca lo que Percy le ha dado a su tierra, con capacidad, trabajo, coraje, con amor. Y tampoco lo que le debe.

El Deber – Santa Cruz