El shale-gas en la economía boliviana

Boris Santos Gómez Úzqueda

boris gomez ok Los negocios en energía (gas, petróleo) aún no empiezan.

El shale gas o gas de esquisto, cuyos reservorios merecen una explotación no convencional, va a mover la economía del mundo para los próximos 100 años. ¡El gas es un energético que aún no termina de mostrarnos todas sus bondades!



¿Qué es el shale gas?, es un gas natural “no convencional” depositado en yacimientos geológicos no comunes, a mucha más profundidad de los actuales yacimientos, entre rocas y arena denominadas “esquisto”; los petróleos más pesados y su exploración y posterior explotación requieren de nueva tecnología y fuertes capitales. Forman parte de un grupo de nuevos yacimientos para explotación: el shale gas (esquisto) -cuyas características hemos mencionado-, el “Tight Gas” (gas “apretado” atrapado geológicamente en areniscas de porosidad penetrable y en algunos tipos de reservorios carbonatados) y el “Coalbed Gas” (gas producido del carbón).

Las redes de discusión técnica especializada comentan sobre el análisis costo-beneficio y sobre pro y contra de la floreciente industria de explotación del shale-gas. En estos foros se llega a la conclusión de que los beneficios del desarrollo continuo del gas de esquisto son enormes y que superan considerablemente incluso aquellos costos de contaminación y limpieza de subsuelos. Esta última apreciación surge a propósito de las críticas que hacen algunos ambientalistas que desestiman la producción de shale-gas por cuanto, según alegan, se utiliza una cantidad de agua demasiado grande en la fractura del subsuelo explorado.

Para ejemplificar, Estados Unidos, gran productor y consumidor de gas, no sólo que pudo haberse abastecido de sus fuentes propias, sino también traer LNG (gas natural licuificado) de Qatar, Australia e, incluso, Rusia, pero optó por empujar la industria del shale-gas, cabalmente motivado por la baja oferta y precios altos del gas convencional. La producción a escala, reducción de costos y visión de largo plazo influyen positivamente en la industria del gas natural de Estados Unidos, que está en permanente búsqueda de eficiencia y superación.

No deja de ser importante tener en cuenta que Bolivia -pese a pugnas políticas- está en los prolegómenos de establecer una nueva política energética que incluya, entre otros temas, la visión de establecer la industria del shale-gas para generar beneficios económicos de largo plazo y combatir la pobreza.

Los beneficios son más que los costos. Si Bolivia oportunamente se “sube al carro” de países con mayor experiencia en negocios de industria de valor agregado de gas y exploración-producción de shale-gas tendremos buenas perspectivas de crecimiento económico a futuro.

Bolivia dará el salto junto con la industrialización del gas natural convencional en productos derivados de valor agregado, y ahora aparece una nueva fórmula de negocios para el país: exportar shale-gas, en su momento y cuando corresponda de aquí unos años y cuando ya hayan arrancado -de manera paralela- los procesos exploratorios de reservorios tanto convencionales cuanto los de shale-gas.

Sólo para graficar, los precios fluctuantes de entre 12-18 USD por millón de BTU (unidad termal británica de poder calórico del gas) proyectados para la década 2015-2025 nos abren este nuevo escenario. Europa y Asia van a requerir nuevos envíos de gas (entre otros del no-convencional).

Bolivia tiene reservas de gas de estas características, obviamente en reservorios cuya extracción es técnicamente diferente a los procesos de ingeniería tradicional y por tanto más costosos -de momento- aunque en un futuro cercano cuando haya mejores herramientas en el país el shale gas será tan rentable de explotar/explotar como el convencional.

Como su explotación es de momento costosa en el país no se tiene proyectos concretos de exploración ni cuantificación de reservas, por la relación coste-tecnología. Reiteramos que esta relación será favorable en los próximos años, de haber hasta ese momento un nuevo escenario planteado desde el Estado con una nueva ley que facilite asociaciones con capitales multinacionales para este nuevo tipo de iniciativas. (Continuará).

El Diario – La Paz