Gobernador de penal de Cochabamba aprobó fiesta que acabó con muertos

La defensoría había advertido del riesgo de enfrentamiento.

El festejo supuestamente era religioso. Dos bandos de reclusos se enfrentaron y cuatro fallecieron. Usaron armas calibre 9 mm. La Policía tardó ocho horas en entrar. Había 27 policías para 540 reos.

imageMiembros de la Policía y de la fuerza antidrogas recién entraron al penal a las 8:30 del lunes. Foto: Los Tiempos.



El DEBER y Los Tiempos

El descontrol y la violencia se cobran más vidas en otra cárcel del país, a solo un año de la tragedia de Palmasola en Santa Cruz. El propio gobernador del penal de El Abra, mayor Yuri Duk, y el director de Régimen Penitenciario en Cochabamba, Denis Mejía, autorizaron el festejo por la Virgen de Urkupiña, pero al calor de los tragos, las drogas y las armas se convirtió en una mezcla mortal que acabó con la vida de cuatro reclusos y dejó 11 heridos.

Todo empezó con una ceremonia en la que estuvieron autoridades para luego seguir con una fiesta en la que, al margen de familiares de los reos, incluso participó una jueza de apellido Ramírez, según desveló Mejía:“Ella estuvo hasta las seis (de la tarde)”. “La ley 2298 es clara cuando establece que se pueden hacer actividades recreativas en cuestión al culto y a la religión”, justificó Mejía pero aclaró que si bien estaba permitida la ceremonia religiosa, no así el consumo de bebidas alcohólicas.

Cuando eran las 22:00, en medio del consumo de bebidas alcohólicas y drogas, dos grupos de poder de los mismos reos, uno de bolivianos y otro de extranjeros, desataron un enfrentamiento en el patio del recinto. En ese momento, hubo un corte de luz y fue cuando un grupo de encapuchados y armados dispararon a muerte contra el líder del penal Ariel Tancara Sandagorda, delegado del penal El Abra, y sus dos guardaespaldas: Gustavo Tobar Ramírez y Humberto Gonzáles Olmedo. Sergio Arce, conocido como ‘El Lucifer’, fue brutalmente asesinado acusado de ser el responsable de la muerte de Tancara.

En 2007, en esta misma cárcel, mataron al entonces delegado del penal Ronal Alcaraz. El hecho estuvo presuntamente planificado por Tancara. Según algunas fuentes, en las pugnas de poder se juegan el manejo de cobros ilegales, el tráfico de drogas y la prostitución. Incluso se dijo que Tancara hacía cobros de $us 1.000 a 5.000 a título de aporte voluntario.

Mejía dijo que se cree que las armas de fuego habrían sido arrojadas por encima del muro oeste de la cárcel para ser usadas por los internos extranjeros, sin embargo, los familiares de las víctimas denunciaron que el armamento ingresó hace mucho tiempo.

“A Tancara lo cercenaron a nivel del cuello”, declaró el comandante departamental de la Policía, coronel Alberto Suárez, aunque dijo desconocer cómo ingresaron las armas. Testigos contaron que en el momento del apagón los policías de las garitas también dispararon.

El cuerpo de Tancara, un reo con un amplio prontuario, fue arrastrado por el patio del penal como una especie de trofeo.

Una mujer perdió a su bebé

En el enfrentamiento, una mujer embarazada resultó herida de bala y perdió a su bebé. “Tenemos 10 pacientes de los cuales la señora Margarita Herrera Saura fue operada porque recibió un proyectil en el abdomen. El ginecólogo la operó y le sacó el útero porque la bala eliminó al feto”, informó un médico del hospital Viedma donde fueron trasladados los heridos, desde la noche del domingo hasta la madrugada del lunes.

El Instituto de Investigaciones Forenses confirmó que dos reos fallecieron con impactos de bala y otros dos, con  heridas punzocortantes. Los reos, colombianos y chilenos, usaron armas calibre 38 y 9 milímetros, además de bates, garrotes y armas blancas.

Inseguridad y silencio

A todo esto, el gobernador del penal, mayor Duk, se excusó de dar declaraciones a la prensa argumentando que no quiere perjudicar las investigaciones.

La Policía demoró más de ocho horas en retomar el control. Mejía confirmó que solo existen 27 policías custodiando el lugar para 540 reos. También lamentó que existan cuatro cámaras de seguridad instaladas desde el año pasado, pero que  no funcionan hasta ahora

La defensoría había advertido del riesgo de enfrentamiento

El defensor del pueblo, Rolando Villena, informó sobre el envío desde La Paz de una comisión especial para coadyuvar a la filial departamental de Cochabamba en la investigación sobre el enfrentamiento en la cárcel de El Abra con un saldo trágico.

El representante del pueblo lamentó el hecho y se mostró alarmado porque las autoridades penitenciarias hubieran autorizado una fiesta de más de 12 horas de duración en el recinto penitenciario. “Las fiestas deberían estar prohibidas definitivamente, porque dan lugar a situaciones imprevistas. La seguridad de nuestras cárceles da mucho que desear”, dijo Villena.  

Asimismo, se supo que Marco Andrés Cuevas, representante del defensor del pueblo en Cochabamba, había advertido hace dos semanas a la Policía y a Régimen Penitenciario de un posible enfrentamiento entre reos contrarios por el poder interno.

“El defensor del pueblo dará a conocer hoy un pronunciamiento oficial, pero el caso ya se está investigando en El Abra. Nuestro personal ha tomado contacto con personas heridas en la cárcel y se confirmó que había mujeres y niños en la celebración”, dijo el portavoz de Villena, Osvaldo Candia.

Villena dijo también que en El Abra, como en otras cárceles del país, el hacinamiento es inhumano.

Bolivia tiene más de 14.000 reclusos, de los cuales 2.450 están en prisiones de Cochabamba, donde solo 730 cuentan con sentencia.

La cárcel de Palmasola de Santa Cruz es la más poblada del país, con más de 5.200 reos. En este recinto se produjo también la matanza más sangrienta en la historia carcelaria boliviana; en agosto de 2013 murieron 35 presidiarios, entre ellos extranjeros y un niño; más de 150 resultaron heridos.

Por este caso, tres reclusos fueron sentenciados a 30 años de prisión. Otros 23 esperan su juicio oral. Según la OEA, las cárceles de Bolivia son las más superpobladas de Latinoamérica, después de las de El Salvador. /BV