Cargo. El también boliviano Enrique García, de la CAF, es citado entre los aspirantes.
Ref. Fotografia: Boliviano. Carlos Mesa oficia ahora como embajador itinerante de la demanda marítima contra Chile.
La carrera para Secretario General de la Organización de Estados Americanos comenzó y la elección se realizará en los primeros meses del 2015, para asumir el cargo en mayo, por 5 años, renovables y entre los nombres que se barajan está el del expresidente de la República, Carlos Mesa, y del también boliviano Enrique García, actual presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), según una nota publicada el domingo por el diario El Universal de Caracas-Venezuela.
Datos. Hasta el momento se han oficializado tres candidatos. El primero es el canciller de Uruguay, Luis Almagro, diplomático de carrera con puestos en Alemania, Irán y China. Seguidamente, el gobierno guatemalteco ha propuesto a Eduardo Stein, ex vicepresidente y canciller de Guatemala, y Jefe de la Misión de Observación Electoral de la OEA en Perú en el año 2000. En tercer lugar, el gobierno peruano ha postulado a Diego García Sayán, exministro de Justicia y de Relaciones Exteriores y Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Nunca un ciudadano de Guatemala o Perú ha ejercido la Secretaría de la OEA.
Detalles. Rumores diplomáticos y de prensa también mencionan otros posibles candidatos. Entre ellos, el embajador de México ante la OEA, Emilio Rabasa, y el expresidente de ese país, Felipe Calderón; el embajador peruano Hugo de Zela, actual jefe de Gabinete del SG/OEA; la expresidente de Costa Rica, Laura Chinchilla; el expresidente de Panamá, Martín Torrijos; el actual canciller del Paraguay, Eladio Loizaga; el actual presidente de la CAF, el boliviano Enrique García y el expresidente de Bolivia, Carlos Mesa. Las cancillerías de los Estados miembros elegirán al líder político/diplomático/administrativo con la capacidad de presentar una renovadora visión y misión de la OEA, enfocada en sus prioridades, y con la capacidad negociadora para generar el consenso, hoy esquivo, que se requiere para hacerla realidad.