Roberto Ortiz Ortiz*Sir Winston Churchill dijo en su discurso en la Casa de los Comunes, en 1947 que “la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”. Y concluye este discurso diciendo que el fin de un sistema democrático es “doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás”.La misma democracia o sistema democrático del que hablaba el Ex Primer Ministro inglés hace más de medio siglo, fue el sistema que ha llevado al poder a innumerables tiranos. Un sistema que no solo se encarga de poner al tirano en la silla presidencial, sino que también permite la destrucción de las instituciones sociales incluso espontaneas como el lenguaje y el dinero, que inviabiliza las relaciones libres de mercado y que termina por auto eliminarse degenerándose en una dictadura.Paradójicamente esta democracia de la que habla Churchill, también ha sido responsable de los procesos más pacíficos y beneficiosos en la historia del mundo; procesos que no solo cambiaron las armas por las papeletas de sufragio, sino que también, permitieron que mujeres, indígenas y jóvenes ejerzan sus derechos políticos. Por otro lado este sistema, admitió el apacible consenso de numerosas creencias e ideologías debatidas en un parlamento, para crear las más efectivas y sobre todo legitimas leyes, para así regir concorde a las costumbres sociales, el desenvolvimiento de las relaciones dentro de un país.¿Qué es lo que hace entonces que la democracia tome el camino hacia la imperfección y que muchas veces nos “doblegue” como decía Churchill u obligue a agachar la cabeza hacia las opiniones de los demás, aunque estas sean atroces y hasta indeseables en una sociedad?La respuesta es muy simple, sin embargo, antes de abarcarla es necesario entender cuáles son específicamente las imperfecciones que en su totalidad degeneran a la democracia en una dictadura.Muchos piensan, y cuando digo muchos me refiero a casi todos; que el simple y mero hecho de poder ir a votar el día de las elecciones, es democracia. Y efectivamente, sí, eso es parte de la democracia, no obstante, existen otros factores que durante todo el tiempo de mandato por así decirlo, permiten la sinergia del sistema.Habría que escribir un libro para explicar lo complejo que es el funcionamiento de una democracia perfecta, lo que me parece algo utópico. Es por tal motivo que dedicare los siguientes renglones a relatar ciertos hechos que en Bolivia, están degenerando la democracia.1) El libre mercado de partidos políticos.Es cierto, suena algo raro hablar de libre mercado y partidos políticos, sin embargo para entender el problema de los partidos políticos en Bolivia, hay que analizarlo como si fueran productos en un mercado. Los partidos políticos al igual que los productos en el mercado, deben competir, para ser elegidos por el consumidor, en este caso, el votante. Estos partidos en libre competencia deben mostrar sus cualidades y tratar de convencer al consumidor. No obstante, este mercado de partidos políticos se ve perjudicado cuando no existe libre competencia. En Bolivia no existía libre competencia entre partidos pues los recursos del partido oficialista para cubrir sus costos de campaña eran casi ilimitados, pues provenían de recursos públicos y contrariamente los recursos de los partidos opositores eran demasiado escasos, pues estos debían valerse de su propio financiamiento, como debe ser. Esto no es democracia.2) La descentralización de poderes.A mediados del siglo XVIII, Montesquieu ya hablaba en su libro “El espíritu de las leyes” sobre los inexcusables controles y contrapesos que deben existir entre los distintos poderes, que en el caso de Bolivia son cuatro, el ejecutivo, legislativo, judicial y electoral. Los cuales supuestamente deben ser independientes uno del otro. Es menester recalcar que para que exista transparencia, imparcialidad y sobre todo eficiencia en la administración estatal, esta separación e independencia de poderes debe ser determinante, al extremo que su única relación sea su vigilancia continua y su único sentimiento, la desconfianza. En Bolivia pasa totalmente lo contrario; los cuatro poderes siempre han sido manejados por funcionarios afines al partido de gobierno, por lo que el trabajo del órgano electoral de organizar las elecciones, contar los votos y brindar el resultado final se convierte en un trabajo en equipo con el órgano ejecutivo en el que nunca nadie ha podido meter las narices. Repito, Esto no es democracia.3) La obsesión de controlar todo y la arrogancia de saberlo todo.Una de las facultades más admirables del sistema democrático es la representatividad del ciudadano en el parlamento. Lugar que debiera albergar a políticos que incorporen en el diario debate parlamentario los deseos de los distintos grupos de ciudadanos que representan. Este parlamento debiera tener jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, indígenas, homosexuales, discapacitados, católicos, cristianos, ateos y así cualquier otro grupo que merezca representación. Todo esto con el noble fin, de que de esa cámara semicircular emerjan leyes que constituyan las costumbres, normas y contratos sociales espontáneos de todos los ciudadanos. Lamentablemente el Estado Plurinacional de Bolivia tiene un parlamento que alberga sola y únicamente a dos clases de políticos, representantes del partido oficialista y representantes de la oposición. Donde sin importar los deseos del ciudadano y sus costumbres, levantan la mano –porque si no pierden el trabajo- para aprobar cualquier ley que se le ocurra al líder, en este caso el presidente o el líder del partido opositor. Y aquí es donde entra el mensaje con el que concluye Churchill su discurso el 1947 donde dice que “el fin de un sistema democrático es doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás”. Nadie sabe si es verdadera divinidad o poder sobrenatural, pero estos líderes, la mayoría de las veces, de manera mesiánica afirman conocer las necesidades de todos los ciudadanos y con una decisión arrogante dictan leyes a las que todos nos tendremos que doblegar. Vuelo a repetir, Esto no es democracia.Para concluir voy a responder la pregunta que plantee anteriormente. Lo que hace que la democracia tome el camino de la imperfección, es nada más y nada menos que la falta de educación. Las democracias maduras que germinan sociedades prosperas y libres no maduraron por ser muy antiguas, sino porque sus ciudadanos se formaron, dejaron de lado la indiferencia y comenzaron a demandar un sistema eficiente, transparente, representativo y participativo. Lastimosamente nos encontramos muy lejos de una democracia madura, pues se pueden observar muestras de la falta de educación sobre derechos políticos todos los días en Bolivia. Evo Morales, antes de las elecciones presidenciales pidió a sus postulantes lograr la mayoría absoluta en el parlamento (cosa que ya consiguió), y así mismo recientemente expreso que su gran deseo es ganar las nueve gobernaciones del país y las 339 alcaldías en las próximas elecciones departamentales y municipales, de las cuales ya cuenta con 7 y 289.Esto no es democracia, estos es una tiranía de la mayoría (de las masas), el comienzo de una dictadura y la mejor muestra de que los ciudadanos bolivianos adolecen de educación política. Sin duda alguna estos próximo 5 años de gobierno bajo el Movimiento al Socialismo, serán 5 años sin ciudadanos libre pensantes como lo exhortó la secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas Originarias Campesinas «Bartolina Sisa», Juanita Ancieta. Y de esta forma, doblegados bajo la única opinión de un gobernante, caminamos por el camino al que tanto temía el Premio Nobel de Economía F.A.Hayek, el terrible “camino de servidumbre”.*Director de Estudiantes por la Libertad Bolivia