Sargento de la Policía cae con una mafia de secuestradores

La banda operaba en Tarija (sur de Bolivia). El cabecilla y un cómplice son rastreados por Inteligencia. Hay cinco encarcelados, entre ellos el agente Raúl Claros. El ministro Pérez advirtió que perseguirá a cualquier policía que cometa delitos.

imagePérez presentó a los que calificó de autores confesos del secuestro de Rodrigo Zúñiga en Tarija. Foto Nuevo Sur

EL DEBER / NUEVO SUR



El sargento de Tránsito de la Policía boliviana, Raúl Claros, y otros cuatro civiles fueron capturados en Tarija el viernes y enviados a prisión ayer por los delitos confesos de secuestro y de organización delictuosa, como resultado de un sigiloso operativo de un grupo de élite de la Policía, que logró desbaratar a una mafia dedicada a plagiar personas a cambio de cuantiosos rescates; el último, ejecutado entre el 28 y 29 de octubre.

El cabecilla de la banda y uno de sus cómplices siguen prófugos. Así lo confirmó ayer el ministro de Gobierno, Jorge Pérez.

El ministro jefe de la seguridad interna del país reveló cómo fue desbaratada la organización de plagiadores y ayer, tras conocer del envío a prisión de los autores confesos, luegos de sus audiencias cautelares, advirtió a los policías involucrados en delitos: “No importa el grado o la familiaridad, el que cometa un delito será perseguido, capturado y sancionado”.

El secuestro de Zúñiga

Según el informe policial, la banda criminal secuestró en Tarija a Rodrigo Zúñiga Velásquez, de 25 años, entre el 28 y el 29 de octubre, y exigió con amenazas de muerte el pago de una recompensa de $us 50.000 a su familia. Rodrigo sería entregado “en pedacitos” si denunciaban el caso a la Policía, informó el diario tarijeño Nuevo Sur.

Zúñiga fue raptado junto con su vehículo, luego de haber sido estudiado y acechado por varios días, para después ser trasladado a una guarida en las afueras de la capital próxima a Camargo, donde fue reducido a golpes, atado con alambre de amarre y obligado a permanecer en el piso durante todo su cautiverio.

De acuerdo con Pérez, la Policía de Tarija se enteró de rumores de secuestros a miembros de familias acaudaladas tarijeñas, por lo que decidió indagar.

Las familias contactadas negaron dichas versiones, aunque el grupo de élite de Inteligencia luego pudo confirmar el caso de Zúñiga. “Cuando llamaban a la familia, le decían que tenían información de la Policía; les dijeron que manejaban información de Inteligencia y que si avisaban a esta institución iban a matar al secuestrado”, explicó Pérez.

Ahí es donde el sargento Raúl Claros, desde dentro de la institución dedicada a velar por la seguridad ciudadana, jugó el papel decisivo de informante de los movimientos internos.

David Farfán Reyes era el custodio de la víctima y contacto con la familia Zúñiga. Su hermano Jamil Farfán Reyes Guerrero no participó del hecho, pero conocía el caso. Germán Pereira Castro, mecánico que ayudó a trasladar y esconder el auto de la víctima; y A.P. C., que no fue presentado entre los detenidos porque no hay certeza sobre su participación. Álex, alias ‘Negro’, es el cabecilla prófugo junto con su cómplice, llamado ‘Memo’.