Mujica deja el peor déficit fiscal desde crisis de 2002

Las cuentas públicas del gobierno saliente cerraron el 2014 con un rojo de 3,5% del PIBMUJIKEn un año electoral, donde la prioridad del gobierno estuvo focalizada en alivianar las presiones inflacionarias, las cuentas públicas cerraron 2014 con el mayor déficit desde el 2002, el año de la crisis. De este modo, al menos en las últimas cuatro administraciones de gobierno, la de José Mujica es la que finaliza su último año de mandato con el mayor rojo fiscal.Según los datos divulgados ayer por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), desequilibrio en las cuentas del Estado se ubicó en el año cerrado a diciembre en el equivalente de 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que significa un negativo de aproximadamente US$ 1.900 millones, de acuerdo a estimaciones de la Unidad de Análisis Económico de El Observador. De este modo, el déficit fiscal creció 1,1 puntos porcentuales del PIB en relación al cierre de 2013.Mientras que los ingresos del sector público no financiero se redujeron por un equivalente de 0,1% del PIB en relación al año anterior, por una menor recaudación de las empresas públicas –a excepción del BPS que incrementó sus ingresos por el equivalente a 0,4% del PIB–, los egresos aumentaron 0,8% del PIB, debido principalmente a transferencias del gobierno.Esta situación deja al nuevo gobierno, que asume en marzo, con un margen de maniobra adverso en un contexto internacional de incertidumbre, y cuando se espera que a mediados de año la Reserva Federal suba las tasas de interés, hecho que provocaría un mayor desvió de flujos de inversión extranjera hacia la principal economía del mundo.Con una economía que crecerá a menores tasas que el promedio de la última década, abatir el déficit fiscal pasa a ser una de las prioridades centrales de la nueva gestión. De hecho, detrás de los últimos ajustes de las tarifas públicas hubo una clara y explícita intensión de corregir el rojo de las cuentas públicas.Con un nivel de inflación que amenazó con sobrepasar en febrero de 2014 los dos dígitos en un año electoral, el gobierno decidió aplicar un conjunto de medidas, entre ellas la reducción de las tarifas públicas y la postergación de los ajustes, sacrificando por lo tanto resultado fiscal.Así, el rojo anual del sector público fue el más alto desde el cierre de 2002, el año que sacudió al país la mayor crisis económica de la historia reciente. En ese período el déficit fiscal fue equivalente al 3,6% del PIB, apenas una décima de punto por encima del de 2014. En los siguientes dos años, el nivel de austeridad del gobierno de Jorge Batlle logró disminuir el resultado fiscal negativo casi dos puntos porcentuales, y le permitió entregar su mandato a Tabaré Vázquez con un rojo de 1,8%. Luego, el rojo de las cuentas públicas se mantuvo en bajos niveles –e incluso se lograron períodos de superávit–. Entre 2005 y 2010, el déficit fiscal promedió 0,7% del PIB, frente al la media de -3,2% del gobierno de Batlle y de -1,9% de José Mujica.Bajar deuda en UTEFuentes de UTE explicaron a El Observador que en la última discusión que se dio sobre el porcentaje de aumento de las tarifas de la energía eléctrica, el objetivo del Ministerio de Economía (MEF) no fue el de hacer “más caja” para elevar los ingresos de Rentas Generales, sino el de reducir el nivel de endeudamiento del ente, para incidir así de forma positiva sobre el déficit fiscal. Las transferencias del ente en 2015 a las arcas del Estado no cambiarán sustancialmente respecto al volumen volcado en 2014, aseguraron.Los técnicos de UTE –con el aval del Ministerio de Industria y Energía– habían sugerido un incremento de las tarifas de 3,9%. Sin embargo la suba, a instancias del MEF, terminó siendo del 6,9%. La fuente indicó que con este incremento en realidad a Rentas Generales le ingresarán entre US$ 8 y US$ 9 millones adicionales, por la mayor recaudación de IVA que tendrá el Estado.La fuente reconoció que debido al “agresivo plan de inversiones” que debió encarar UTE el pasado quinquenio para adecuar su infraestructura, “incidió negativamente” en el rojo que hoy muestran las cuentas públicas. Agregó que eso no se trasladó a tarifas, sino que se optó por recurrir a financiamiento local y externo. Con una coyuntura de generación holgada, ahora las autoridades del equipo económico pretenden que las inversiones futuras sean amortizadas con la caja del propio ente, y que apele en menor medida al financiamiento.“Fue una definición macroeconómica”, argumentó el informante. Agregó que al gobierno le interesa mantener un déficit a raya para que el acceso a financiamiento siga siendo en condiciones ventajosas para el país a futuro.En las últimas jornadas de Economía del Banco Central de agosto del año pasado, el director de la Asesoría Macroeconómica, Andrés Masoller, dijo que mejorar el resultado de las empresas públicas supondría un “tarifazo”, dado que tenían un rezago en ese entonces del orden del 40% a 50% en el traslado a precios. En esa oportunidad, el jerarca señaló que para corregir eso había que ajustar tarifas al consumidor o reducir el nivel de inversiones, algo que no estaba en los planes dado el déficit que tenía el país en esa área.La última política de ajuste de las tarifas públicas tuvo un amplio rechazo por parte de los sectores productivos. Los industriales consideraron “insuficiente” la baja de los combustibles dado el desplome que tuvo el petróleo en los mercados internacionales. Al tiempo que la suba de UTE sorprendió dado la abrupta caída en los costos de generación de la electricidad. De hecho, hasta la propia central sindical, PIT-CNT, solicitó una reunión con el presidente electo, Tabaré Vázquez, para expresarle su disconformidad.El Observador – Montevideo