El ritmo de Evo: dormir poco, reuniones en la madrugada y un “trabajo intenso”

Exautoridades relatan cómo es trabajar y “seguirle el paso” al Jefe de Estado.

Reuniones a las cinco de la mañana, un horario de labores que puede terminar a altas horas de la noche, disciplina y puntualidad, son pautas que deben seguir quienes trabajan junto al presidente Evo Morales.

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EFE. Morales durante una conferencia en Nueva York, en 2010.

Página Siete / La Paz

El 1  de mayo de 2006  el teléfono de Nila Heredia sonó en la madrugada. La llamada provenía de Palacio de Gobierno. ¿La razón? Una reunión de Gabinete. Era un día crucial.  

«Fue cuando se nacionalizó el petróleo. Nos convocaron, creo, a las cuatro de la mañana para una reunión de Gabinete. Era para el tema del decreto para la nacionalización del petróleo; y de ahí partimos”, comenta Heredia, quien entonces se desempeñó como ministra de Salud.

Las reuniones en la madrugada (generalmente a las cinco de la mañana), además de «dormir poco” y un «trabajo intenso”, forman parte del ritmo  que representa  trabajar con el presidente Evo Morales,  refieren cinco exautoridades que cumplieron funciones en los órganos Ejecutivo y Legislativo.

«El trabajo comenzaba a las cuatro de la mañana para estar cinco en el Palacio y esperar al Presidente”, relata Alejandra Claros, quien a sus 26 años asumió el puesto de jefa de gabinete de Morales, un cargo que ocupó por seis años.

«Generalmente se terminaba de trabajar a las diez a 11 de la noche; hubo días que se trabajé 24 horas continuas”, agrega.

Claros comenta que cuando  cumplía funciones  en Palacio     la agenda del Presidente era tan apretada, que éste  solía sostener reuniones hasta en las  horas de almuerzo, con el fin de cumplir con  todos sus compromisos.

Sin embargo -expresa- el Mandatario «se daba tiempo para hacer ejercicio en las noches y mantener una vida equilibrada”.

Claros recuerda que un día se levantó a las cuatro de la mañana, fue al Palacio, pero el Primer Mandatario no llegó. «Como tenía acostumbrado levantarme tan temprano, me olvidé que el Presidente había viajado”, rememora.

Durante su paso por el Ministerio de Salud, Heredia asegura que  solía ingresar a su oficina a las 7:30 de la mañana y que   su horario de salida habitual era al rededor de las diez de la noche. «El trabajo es intenso, se trabaja desde muy temprano”, afirma.

  Heredia relata que en 2006 viajó junto al Presidente a Chimoré. Sin embargo, después de los actos,  no pudo regresar con él, debido a la multitud que persiguió al Mandatario. El percance  impidió a la exministra llegar a tiempo a la aeronave.

«El Presidente se olvidó de mí”, comenta riendo. Heredia explica que la disciplina de Morales para cumplir los horarios es extraordinaria.

El exsenador oficialista Adolfo Mendoza cuenta que el Jefe de Estado  «tiene una disciplina impresionante”, la cual «uno va aprendiendo y adecuándose de manera constante”.

Mendoza relata que cuando fue legislador solía asistir a reuniones de bancada con el Primer Mandatario  desde las cinco de la mañana.

«Nuestro ritmo de trabajo en la Asamblea Legislativa comenzaba temprano y terminaba bastante tarde; es decir cerca siempre de la medianoche y muy temprano por la mañana”, afirma. 

Recuerda que en una ocasión,  a las once de la noche, le informaron  que al día siguiente   tenía una reunión de evaluación del trabajo de la Asamblea Legislativa, la cual  iba a realizarse a las cinco de la mañana en La Paz. A esa hora ya no había vuelos disponibles y tuvo que viajar  a la sede de Gobierno  en flota.

«Llegamos al filo de la hora, pudimos justificar nuestra tardanza; entonces, el Presidente nos dejó entrar. Sin embargo, quienes no llegaron a su momento y no tenían justificación ya no fueron admitidos en la reunión”, relata Mendoza.

La puntualidad  es un requisito imprescindible para estar al ritmo del Presidente, además se debe  tener presente que las  reuniones de emergencia  pueden ser en cualquier momento, según Alejandro Almaraz, exviceministro de Tierras.

«No había ningún horario fijo, las reuniones podían ser en cualquier momento. Esta marcada irregularidad es exigida por el carácter de emergencia que suelen tener las actividades”, dice.

Rafael Puente, exviceministro de Régimen Interior, asegura que para trabajar con el Presidente «hay que aguantar un ritmo de vida duro y fuerte”.

Sostiene  que su vida, cuando cumplió esa función, no fue tan intensa como las experiencias que relatan otros entrevistados. No obstante, comenta que acudió al médico por problemas en su salud. La conclusión del galeno: «El médico me dijo que se trataba de estrés, además los viajes frecuentes”, comenta. 

Pese a las largas horas de trabajo, las pocas horas para dormir  y  los sacrificios, el exsenador Mendoza sostiene que  valió el esfuerzo.  «El aprendizaje, el escuchar al pueblo, el entablar un diálogo, por todo eso vale la pena nuestro trabajo”.

«El presidente Evo Morales mantiene una vida disciplinada porque cumple horarios y trata de mantener una vida equilibrada”. 

Alejandra Claros, fue jefa de gabinete del presidente  Evo Morales

«El Presidente pide información a detalle sobre todos los temas y lo importante es que no se contenta con un informe, es exigente con el trabajo”. 

Nila Heredia, exministra de Salud

«Hay que aguantar un ritmo de vida duro y fuerte, lo hacen muchos compañeros, hay que preguntar a los que están más cerca del Presidente”. 

Rafael Puente, exviceministro de Gobierno

«El Presidente es muy puntual y esto implica un respeto al trabajo que estamos realizando porque no sólo él tiene un cronograma de reuniones”. 

Adolfo Mendoza, exsenador del Movimiento Al Socialismo

«Es un trabajo que se lo asume, como debe ser, con compromiso y consciencia de las consecuencias, es pues esforzado y demandante en tiempo”.

Alejandro Almaraz, exviceministro de Tierras.