Morales se blinda para escenario ‘Evo 20-25’

El presidente de Bolivia se ha blindado para su nuevo y tercer mandato. Hay señales de continuismo, pero también de que está preparando la sucesión.

imageMorales aparece rodeado de amautas, mientras que se repartía el libro ‘Evo líder mundial’. Foto ABI.



Evo Morales anda con una ecuación dándole vueltas en la cabeza -y la repite en cada discurso- como fórmula de éxito asegurado. “Estabilidad política es igual a estabilidad social y es igual a desarrollo económico”, dijo en la toma de mando del 22 de enero y lo repitió durante el juramento del Gabinete, un día más tarde. También habló del otro lado del espejo, de la igualdad que funciona como ecuación simétrica a esta trilogía y que es la amenaza para su Gobierno. “Quieren dividirnos para después recuperar el poder y robarnos”, sentenció.

Después de eso posesionó a un gabinete de ministros que parecía técnico, pero al que él se encargó de definir como político. Entre sus colaboradores hay un grupo de jóvenes, una “generación Evo” formada en el “proceso de cambio” que puede configurar una élite emergente.

En este corpus se quedan los históricos, los miembros de ese gabinete de guerra que había sobrevivido a la primera gestión. Allí están David Choquehuanca, Juan Ramón Quintana y Luis Arce. Un poco arriba está Álvaro García Linera, que, con Choquehuanca y Arce, logró articular las promociones del nuevo gabinete. Así, Arce copó la mayoría de los cargos del gabinete económico; Choquehuanca se hizo cargo del lado social y ecológico, mientras que Evo y Álvaro colocaron los nombres clave del ala política, del ‘petit gabinete’, del más cercano al presidente.

Crisis, ¿qué es crisis?

Estos discursos dejaron incómodos a los opositores. El segundo vicepresidente de la Asamblea Legislativa, Luis Felipe Dorado, extrañó la parte de manejo económico en los discursos y Miguel Santa Lucía, la cabeza de la bancada emenerrista que entró a la Asamblea bajo bandera de UD, quería escuchar señales de que pueden administrar bien el Estado con pocos ingresos.

La crisis no se nombra; sin embargo, los analistas creen que sí ha sido tomada en cuenta. Mientras que Arce deja caer el mensaje de “ya hemos vivido cosas peores”, Pablo Javier Deheza cree que el Gobierno sabe que tiene tres desafíos en este quinquenio: la crisis, la reforma judicial y la demanda marítima. Cree que para ello apostará -y mucho- a una alianza con los sectores empresariales del agro cruceño. Tal vez por ello la nueva ministra de Desarrollo Productivo es la antigua gerenta del Banco de Desarrollo Productivo, un ente crediticio destinado a financiar la expansión de la frontera agrícola.

El sociólogo Fernando Mayorga ve que, con las posesiones en Tiwanaku y en La Paz, Morales puede tomar dos caminos: buscar la continuidad o elegir sucesor. Si bien la personalización casi mesiánica de Tiwanaku puede ser leída como que Morales seguirá los caminos de Hugo Chávez y de -muy probablemente- de Rafael Correa, que cambiaron su Constitución para permitir reelecciones indefinidas, Mayorga ve que Morales también puede estar preparando el camino para emular a Lula da Silva y a Michelle Bachelet, que se volvieron ‘embajadores’ de causas distintas, descansaron un periodo y volvieron a la arena política. Lula ya anunció que será candidato en 2019, mientras que Bachelet es nuevamente presidenta, tras pasar por ONU Mujer. Así, por ejemplo, Morales podría elegir un sucesor y promover la aplicación de la carta de los derechos indígenas de la ONU y reservarse el derecho de volver en 2025.

Y es aquí donde Mayorga da importancia a los ministros ‘generación Evo’, ya que podrían significar continuidad del proceso sin el líder en Palacio. “Así sería coherente la promoción de una nueva élite que es fruto del proceso de cambio, fieles, leales e identificados con su liderazgo. Ya no solo hay un vínculo orgánico, carismático o prebendal. Ahora, además, hay un vínculo ideológico”, señala Mayorga.

¿Y el modelo ruso?

Mientras, Luis Felipe Dorado sospecha que toda la reforma judicial no es más que un pretexto para abrir la Constitución y permitir la reelección indefinida de Morales, el binomio presidencial se ríe y asegura que los únicos que hablan de eso son los opositores. Sin embargo, luego de las risas, habla de los beneficios sociales y económicos de la estabilidad. Por ello, Deheza cree que la economía será la que dicte sentencia y que en 2017 se verá si hay ambiente para plantear una reforma constitucional.

¿Y si el modelo es el de Rusia?

Allí, Vladimir Putin y Dmitri Medvédev se turnaron la Presidencia y el cargo de Primer Ministro. Mayorga cree que la correlación de élites en Bolivia y Rusia son distintas como para que se dé ese enroque. “Las estrategias dependen de los escenarios y posiciones que ocupan los actores. Quien pone restricciones al poder es la oposición, pero como acá la oposición casi no existe, las restricciones son institucionales, es la propia Constitución la que impide otra reelección”, señala Mayorga. Según el sociólogo, si Morales fuerza el cambio de CPE, podría poner en riesgo la legitimidad y la estabilidad de su Gobierno. Así, desestabilizaría esa ecuación que tanto ronda su cabeza en los últimos días.

Fuente: EL DEBER