Así es Tanna, la isla del Pacífico en la que creen que el duque de Edimburgo es su dios


Así es Tanna, la isla del Pacífico en la que creen que el duque de Edimburgo es su dios

 

Dos nativos de Tanna, con las fotografías del duque de Edimburgo



A algunos nativos de Tanna, una isla del archipiélago de Vanuatu, situado en el Pacífico, al Este de Australia, no les importa que el ciclón Pam, con rachas de viento de más de trescientos kilómetros por hora, arrasara el lugar. Tampoco que murieran quince personas ni que el 90 por ciento de los edificios quedaran afectados. arrasara el lugar hace apenas un par de meses. El ciclón es, para ellos, la primera parte del cumplimiento de una profecía que tendrá su continuación con la visita, el año que viene, de su dios, que no es otro que el Príncipe Felipe, duque de Edimburgo, el marido de la Reina Isabel II de Inglaterra.

Algunos, los más optimistas, incluso esperan que el duque de Edimburgo se quede en la ista, según informa el diario The Telegraph, citado por Colpisa. La creencia de que el marido de Isabel II es un dios viene de antiguo: la leyenda le señala como el hijo de Kalbaben, un temible espíritu del lugar. Felipe habría adoptado la forma de hombre blanco para casarse con una poderosa mujer extranjera.

La isla Tanna está poblada completamente por melanesios, que siguen un tipo de vida más tradicional que los de muchas otras islas. Algunas de las aldeas se conocen como «kastom» (del inglés custom, costumbre), donde están prohibidos los inventos modernos, los hombres usan «kotekas» (vainas para pene, llamadas nambas en idiomabislama) y camisas de hierba, y los niños no van a la escuela. Fue elegida por el programa español «Perdidos en la tribu» para que una de las familias concursantes conviviera con sus habitantes.

La creencia de que el duque de Edimburgo es una deidad se afianzó en estos nativos en los años setenta, cuando visitó la región a bordo del yate real «Brittania», y varios de aquellos salieron a recibirle en sus canoas. Jack Naiva, uno de los que más contribuyeron a difundir la leyenda, y que ya ha fallecido, relataba el momento: «Le vi de pie en cubierta, con su uniforme blanco, y supe entonces que era el verdadero mesías».

Curiosamente, ha sido el propio Palacio de Buckingham el que, se supone que involuntariamente, ha avivado la llama de la creencia. El duque de Edimburgo envió a Tanna un regalo, un retrato suyo firmado; los nativos, a su vez, le enviaron como respuesta un objeto local representativo: un «nalnal», garrote empleado para matar cerdos. Al Príncipe Felipe le pareció cortés retratarse con el «nalnal», y enviar a Tanna la fotografía. Y eso hizo que se disiparan todas las dudas acerca de su deidad.

Las fotografías son ahora uno de los tesoros de Yaohnanen, la localidad donde se concentra la creencia. Las acompañan diversos objetos, entre ellos una bandera británica, para reforzar la leyenda de que Gran Bretaña y Vanuatu estuvieron unidas alguna vez.

La condición divina del duque de Edimburgo ya ha tenido, según sus creyentes, influencia en el devenir de la política internacional; de hecho, ellos están convencidos de que la llegada de un negro, Barack Obama, a la presidencia de Estados Unidos, es fruto de su intervención.

En Inglaterra sonríen cuando se habla de esta creencia de los nativos de Tanna, que tentaron al duque de Edimburgo con tres muchachas vírgenes para que volviera y esperan ahora alborozados su regreso. Suprofeta, Fred -ya fallecido-, acertó al predecir que un lago se secaría y que vendrían siete años sin huracanes en la isla. Predijo que algo grande ocurriría en 2016, y los creyentes están convencidos de que se refería a la visita del Príncipe Felipe. Y lo argumenta su jefe: «Los cristianos llevan dos mil años esperando alguna señal de Jesús, peronuestro Felipe nos manda fotos».

Fuente: www.abc.es