Lavive Yañez Simon
Objetividad y responsabilidad son premisas sobre las que se asienta la libertad periodística, pero ¿cuán objetivos y responsables somos al momento de difundir la noticia? Tomando en cuenta que el trabajo periodístico es determinante en el aprendizaje y la evolución social, más aún, si de democracia hablamos. Además, la ética del comunicador y los valores que identifican al medio juegan un rol determinante en la carga subjetiva que inevitablemente tiene una noticia.No voy a pretender descubrir la pólvora que lleva a las sociedades a vivir vacíos existenciales que provocan caos y enfrentamientos, tampoco acusar a la información toda la responsabilidad de la crisis moral que estamos viviendo, pero es importante ser sinceros y reflexionar sobre el grado de responsabilidad que tenemos en la hoguera del amarillismo periodístico, que por cierto, genera mucho dinero en una sociedad que se alimenta del morbo. Seguro, habrán quienes digan, la empresa privada hace negocios, no tiene otro Dios que no sea el mercado y el dinero, el problema, es que no puedo excluirlos de la familia boliviana y la gran responsabilidad que tienen en la construcción de una cultura social digna de la autoridad moral que debe ejercer el soberano en una patria libre.Para ser justos, vamos a separar la responsabilidad de la empresa, siendo la que determina la línea periodística del compromiso que tiene el periodista en la construcción de la noticia, quien debe estar munido de valores que le permitan entender que, tan importante, como las necesidades básicas de la sobrevivencia y la seguridad, o más, es el respeto a la dignidad del ser humano, para que el deseo de heroísmo no los haga perecer en la vergüenza y la injusticia, la noticia debe estar respaldada por la veracidad de los hechos.Sabemos que los ingresos de las editoras de comunicación provienen de la venta de anuncios, situación que crea compromiso con el cliente donde los partidos políticos, o funcionarios de gobierno que son los que más publicidad necesitan juegan un papel determinante en la transparencia informativa, es por eso para mí importante la ética en el sistema, conducta regulada por la justicia, que determina, las libertades de los Estados.Este confuso engranaje político, económico y social, nos lleva a comprender la necesidad urgente de recuperar la institucionalidad nacional en la ética, quebrantada por el intervencionismo político carente de principios y un estado ineficiente en las regulaciones apropiadas para la protección y el bienestar social. El liderazgo moral, en todos los ámbitos, es determinante en el desarrollo y libertad para la responsabilidad social, porque la institucionalidad es un engranaje interdependiente.