No hagan olas

Karen Arauzkaren-arauzLos bolivianos republicanos están de plácemes. La reserva intelectual ha repuesto a Bolivia en el mapa del que dizque un día nos borró la Reina Victoria de Inglaterra. Después de una década de andar sojuzgándolos, el gobierno plurinacional tuvo al fin el buen criterio de convocar a dos personalidades y a un grupo de juristas internacionales de primer nivel para enfrentar a Chile en La Haya. A Rodríguez Veltzé y a Mesa Gisbert, probablemente  se les puede enrostrar algunos pecados en sus respectivos pasos por la presidencia del país, pero era un desperdicio negar su concurso. Ambos son profesionales y figuras de primer nivel con el conocimiento, la soltura y el roce necesario tan escasos en la Bolivia actual. A ellos se sumaron, sólidos ex-Cancilleres también «de antes» que le dieron cohesión al equipo.Hasta al más indiferente boliviano -porque no hay que ocultar que a algunos les vale la causa marítima- le ha causado alivio tener un equipo de gente ilustrada, sobre todo considerando que en términos de nuestra institucionalidad diplomática, atravesamos una especie de oscurantismo. El conocimiento es poder. Así cómo el poder sin conocimiento, lleva a cometer torpezas complicadas de revertir. Como sea, Bolivia ha levantado la cabeza a nivel de la media internacional, haciendo a un lado la lastimera imagen que demasiado frecuentemente gustamos de presentar, en el patético entendido que todos se solidarizan con el más débil.A veces los bolivianos, nos graduamos de expertos en autodestrucción. La cantidad de opiniones -parece que autorizadas- que emiten fatuos criterios, acobarda. El Presidente es muy proclive a dejarse llevar por su entusiasmo (preferimos creer que naif) y el triunfalismo lo emociona hasta el frenesí. Declarar que en caso de que La Haya falle en contra, no preocupa al gobierno porque están listas «otras» alternativas, es una gafe innecesaria. Es como decirle a la pretendida novia, que no aceptarlo sería irrelevante, porque el anillo de compromiso es ajustable y expandible y porque igual existen otras perspectivas en la mira. Es una arrogancia absolutamente inadecuada.Estamos acostumbrados a ser primeras planas sobre todo por una razón impresentable, que es el preponderante lugar que ocupamos como grandes productores de droga. Cuando nos enteramos por la prensa chilena de una nueva tonelada de pura cocaína proveniente de Bolivia con destino a Europa  ha sido confiscada en su territorio hace unas horas, blasfemamos en términos irreproducibles. Las otras grandes virtudes  que sin duda poseemos, muy esporádicamente concitan alguna atención. A nuestro modelo económico súper estrella, parece que le falta mucho para ser de impacto imitado y difundido.La depauperación de nuestra democracia, por ahora, no le importa a nadie. Mucho menos a los medios masivos de las cadenas internacionales, para quienes lo inusual de tener un gobierno dizque indígena, fue una novedad pero ya pasó de moda hace rato y  se desdibujó con el maltrato a los indígenas de las tierras bajas de la Amazonía y reforzadas hace una horas con la demostración del pertrechado  despliegue policial a las puertas de la sede de gobierno. En las últimas elecciones plurinacionales, se han aplicado todas las cláusulas del libro gordo de la iniquidad. La manipulación de los tribunales electorales en el país, más el uso y abuso de los mecanismos del poder para torcer sin pudor la voluntad de los votantes y el absoluto compromiso personal asumido por los gobernantes de supuestamente todos los bolivianos, parece que sólo es preocupante para los demócratas a la antigua, que están suscritos a la independencia de los poderes en un Estado.La facilidad de agresión, es digna de un profundo e imprescindible análisis psicológico. Lo que nos salva en este momento, es que al país en un 99%, con o sin objetividad sobre el tema marítimo, nos ha revelado que éste instituye lo más cercano al concepto que tenemos de nación. La casualidad que la primera ofensiva legal que enfrentamos ante Chile en la Corte Internacional de Justicia haya coincidido con las elecciones regionales, ha sido -providencialmente- lo que ha creado el frío clima que ha frenado más de un incendio departamental gracias al intervencionismo gubernamental y el abyecto proceder de los tribunales electorales.  Lo que ha pasado en Chuquisaca, Beni y se intentó en Tarija, ha puesto a prueba la templanza del ser colectivo, en pro de lo que se consideraría un bien superior.Los que pueden separar sentimiento y pensamiento, están profundamente inquietos. El sistemático recurso de cortinas de humo, es, a la larga, un mal cálculo político. La aspiración marítima de Bolivia no es un bien adquirido de este régimen si bien nadie niega su afán (que esperamos no tenga personalismos inconfesables).  Los límites pueden ser superados y convertidos en acciones con gran fluidez y quirúrgica precisión al momento de cortar esa tensada cuerda que como cualquier otro material, termina por fatigarse.