Paradojas del fracaso y el éxito

Emilio Martínez*fotok 2Artículo publicado en la revista Percontari del Colegio Abierto de FilosofíaÉxito y fracaso son conceptos curiosamente reversibles. Más que antinómicos como parecen a la doxa, a la opinión común, son en realidad fases de un mismo ciclo, tan complementarias como intercambiables. Vale decir que una suele conducir a la otra.Clásico ejemplo de éxito que enmascara a la derrota es el del rey Pirro de Epiro, vencedor de Roma en la batalla de Heraclea, quien al contemplar la devastación de sus ejércitos tras el combate se dice que dijo: “Otra victoria como ésta y volveré solo a casa”.Pero más allá de su ironía, origen de la expresión victoria pírrica, según Plutarco (Vidas paralelas) este rey griego “ni por victorias ni por derrotas hacía pausa en mortificarse ni en ser mortificado”.“Diferente compasión se vio en Himilcón”, dice Saavedra Fajardo en su Idea de un príncipe político cristiano, donde informa que este general cartaginés “habiendo alcanzado en Sicilia grandes victorias, porque en ellas perdió mucha gente por enfermedades que sobrevinieron al ejército, entró en Cartago, no triunfante, sino vestido de luto, y con una esclavina suelta, hábito de esclavo, y en llegando a su casa, sin hablar a nadie, se dio la muerte”.Pero si hay victoria que conduce al fracaso, hay también lo inverso: es la filosofía atribuida a Ho Chi Minh (“vamos de derrota en derrota hacia la victoria final”) y a Winston Churchill (“el éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”). Y aunque el primer ministro británico tenía su innegable veta de humorista, el general vietnamita hablaba muy en serio.Hoy en día, los partidarios de la economía del conocimiento afirman que la innovación exitosa requiere de una previa cultura social de tolerancia al fracaso, que permita tomar riesgos en el proceso de ensayo y error.Así Andrés Oppenheimer, en Crear o morir, cita múltiples casos de pioneros del emprendimiento tecnológico, quienes invariablemente fracasaron incontables veces antes de consolidar avances trascendentales.Respalda su aserto el industrial japonés Soichiro Honda: “el éxito es un 99 por ciento de fracaso”, mientras el genial dramaturgo Samuel Beckett nos aconseja: “fracasa otra vez, fracasa mejor”.*Escritor y periodista.