Era una maleta rosa fucsia, una de tantas. Una muchacha marroquí,Fátima, intentaba trasladar el equipaje desde Marruecos a Ceuta a través de la frontera del Tarajal, como tantas otras mujeres a lo largo del día. Sin embargo, mostraba un gran nerviosismo e indecisión a la hora de acceder a la zona de control.
Los agentes comenzaron a sospechar. Se temían que transportase alguna mercancía ilegal o algún tipo de droga. Pero cuando pasaron la maleta por el escáner no se podían creer lo que estaban viendo: dentro del equipaje había un menor de ocho años.
«Yo llevo muchísimos años en esto y nunca había visto la entrada tan grotesta y dramática de un menor. Lo que menos se podían imaginar los agentes que vigilaban en el escáner es que dentro del equipaje hubiese un niño. Enseguida tiraron de la maleta y le sacaron fuera», explica Alfonso Cruzado, portavoz de la Guardia Civil en Ceuta.
El crío salió de la maleta desconcertado y muerto de miedo. Lo primero que hizo fue decir su nombre en francés, Adou, y explicar que procedía de Costa de Marfil. «Estaba más aturdido que otra cosa. Le veíamos muy temeroso y sorprendido. Intentamos tranquilizarle y quitarle la sensación de miedo para que se mostrase más relajado», relata Cruzado.
Fuente: www.elmundo.es