Políticas a la inversa

Diego Ayo Saucedodiegoayo-resultados2Cuando leí el libro Freakonomics de Stephen Dubner y Steven Levitt, quedé muy sorprendido por el conjunto de verdades simples que rondan en nuestro imaginario, pero que en realidad no son verdades. Parecen serlo, pero la realidad es más loca (es la posible traducción de la palabra ‘freak’, y el título de la obra es algo así como ‘economía de la locura’).Los ejemplos del texto son alucinantes y nos obligan a replantear certezas incuestionables. Por ejemplo: Washington tiene igual cantidad de habitantes que Denver pero en Denver hay tres veces más cantidad de médicos. ¿Por qué? La respuesta (pavloniana) que tendemos a sugerir es que ‘en Denver hay más médicos, porque hay más enfermos’.¿Simple, no? Pero en realidad, la cosa no es tan simple y la verdad es muy distinta. ¿Cuál es ésta? Pues queda reflejada en la siguiente afirmación: ‘en Denver hay más enfermos, porque hay más médicos’.O esta otra: en Miami hay tres veces más policías que en Chicago aunque tienen similar población. ¿Por qué? La respuesta simple es que ‘en Miami hay más policías, porque hay más delincuentes’. Sin embargo, la realidad nuevamente nos sorprende: ‘en Miami hay más delincuentes, porque hay más policías’.A ver, me explico: tanto en el caso de los médicos y policías tienen que justificar su salario, lo que los lleva a ‘inventar’ enfermos y delincuentes, en un caso, registrando a cualquier persona que se hace poner una inyección como enfermo (en la otra ciudad no le dan esa categoría, se pone simplemente paciente) y/o archivando cualquier queja ciudadana contra alguien como ‘delito’ de ese alguien, y así un largo etcétera que lleva a que la lógica esté dada la vuelta.Y ejemplos hay muchos: ‘en las terribles guerrillas en Somalia o Sierra Leona se vendieron muchas armas, porque había una guerra civil’. Empero, en realidad la verdad es que, ‘había guerra civil, (en parte) porque grandes traficantes de armas necesitaban vender su mercadería’; o, ‘en África hay mucha cooperación internacional porque hay muchos pobres’, cuando en realidad, ‘hay muchos pobres en África, porque hay mucha cooperación internacional’, y un largo etcétera de incentivos chuecos.¿Y cómo andamos por casa? Pues creo que Freakonomics daría para un volumen más:

  1. ‘El Gobierno creará una sólida industria petroquímica, porque no hay una industria pujante en el país’. Todo lo contrario, no hay una industria pujante en el país, porque toda la plata del Gobierno se va a fomentar este neo-desarrollismo extractivista, dejando las migajas para los verdaderos industriales. Los sueños de grandeza invierten la sensata orientación de las políticas.
  1. ‘El Gobierno creará una planta de energía nuclear porque no tenemos suficiente energía renovable’. Todo lo contrario, nos quedaremos sin energía renovable por este delirio de grandeza (y complejo de inferioridad) que invertirá 2.000 millones de dólares en este emprendimiento en vez de hacerlo con las energías solares, geotérmicas, etc, que realmente requerimos.
  1. ‘El Gobierno construirá un camino al Tipnis porque los indígenas están desprotegidos (de los hacendados)’. Todo lo contrario, los indígenas están desprotegidos porque el Gobierno construirá esa carretera. Aquí no hay mucho que decir, la cosa salta a la vista.
  1. ‘El Gobierno seguirá apoyando a los cocaleros, porque el desarrollo rural se estancó’. Todo lo contrario: ‘en realidad, no hay desarrollo rural porque hay cocaleros. Toda la plata se va ahí, a un producto que no lo podemos exportar siquiera’… ay, ingenuo de mí, en verdad es el mejor producto exportable, pero da réditos a escuetas oligarquías cocaleras y mafias narcotraficantes.
  1. ‘El Gobierno afirma que el fondo indígena seguirá en manos de las organizaciones campesinas, porque los indígenas fueron olvidados y hoy merecen tener autonomía”. Ufa, sucede todo lo contrario: los indígenas seguirán olvidados y se quedarán sin autonomía si el fondo sigue en manos de otras oligarquías no menos corruptas que las señaladas previamente, que lucran en nombre de los indígenas.
  1. ‘El Gobierno ha creado el Ministerio de la Transparencia porque la corrupción era gigantesca”. En realidad, la corrupción es gigantesca en este Gobierno de Evo Morales, precisamente porque se ha creado el susodicho ministerio. Termina siendo una cortina de humo para que se piense que se está haciendo algo, cuando en realidad no se hace nada (al margen de tener este ministerio como cartera de persecución de opositores).

Y, la cereza sobre la torta:

  1. ‘El Gobierno ha decidido estatizar las empresas nacionales, porque los recursos naturales quedaban para disfrute de extranjeros’. En realidad, la verdad es inversa: los recursos naturales quedan para disfrute de los extranjeros porque el Gobierno ha decidido estatizar las empresas nacionales.

La razón es simple: se va todo nuestro gas como materia prima sin ser procesada. Va a quedar poco para nosotros. Las industrias brasileñas son las más beneficiadas en todo esto. De ese modo, mientras nos jactamos de la nacionalización, en realidad estamos perdiendo el tiempo al dejar lo verdaderamente trascendente de lado: no solo la industrialización petroquímica sino el uso del excedente gasífero en sectores económicos prometedores, es todavía una consigna gubernamental más que una cercana realidad.Hay más. Mucho más. Basten estos ejemplos para darnos cuenta de que el Gobierno hace precisamente lo contrario a lo que podría definirse como una política sensata. Y ello, sobre todo, haciéndonos creer verdades simples y destellantes, que en realidad esconden realidades igual de simples (aunque desde otra lógica) pero ciertamente opacas.El Deber – Santa Cruz